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Ramírez de la O con la presión de atender al “jefe” y evitar que siga en picada el crecimiento económico del país. 

Por Víctor Barrera 

Este primero de septiembre inician los trabajos correspondientes de la Legislatura 65 en su segundo año, y será el 8 de septiembre cuando en la cámara de diputados se reciba el paquete discal que será analizado, modificado y aprobado para ejercerse durante el 2023. 

Hasta ahora lo único que se conoce es que en la secretaria de Hacienda aún  se están haciendo las adecuaciones para que este presupuesto pueda cubrir lo suficiente y evitar mayor presión a las finanzas públicas. 

Esto derivado por el aumento de los costos de financiamiento de las obras emblemáticas del titular del poder Ejecutivo, que aun cuando no han probado la utilidad pública se mantienen en construcción. 

Por lo menos las tres obras que van más adelantadas han mostrado ese sobre costo y aun no se concluyen, por ejemplo, el aeropuerto Felipe Ángeles, necesita de construcción de caminos que acorten el tiempo para poder llegar, pero la escasa operación de este aeropuerto no se debe a la construcción del mismo, sino el espacio aéreo donde se ubica que no es muy adecuado para el aterrizaje de aviones de grandes dimensiones. 

El Tren Maya sigue incrementando su costo debido a que se han modificado sus planes de construcción porque sus costos podrían ser también en el aspecto ecológico. 

La refinería Olmeca en Dos Bocas Tabasco, aun falta de terminar su infraestructura y la integración de equipos para poder realizar su labor correcta, por lo que podría empezar funcionar a finales del 2023 y su utilidad se empezaría observar a mediados del 2024. 

Estas tres obras mantienen la preocupación del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O y su equipo, para cuadrar los números de tal manera que se pueda cumplir con recursos para ellas y permitir un presupuesto que, repito, cubra lo suficiente a los otros sectores. 

Si a esto le sumamos que el gobierno federal no logrará captar la misma cantidad en el pago de impuestos y que ya no existen recursos de los fondos, fideicomisos y otros programas que se utilizaron guante la primera mitad del sexenio, el panorama le resulta un poco difícil para el encargado de la cartera hacendaría. 

Ramírez de la O expresa que aún existe margen de maniobra fiscal para mantener el flujo de recursos a las obras insignia de la 4T. 

Es decir, se tendrán que recortar recursos públicos a otros rubros del gasto público, lo que podría incidir de manera directa en el crecimiento económico del país. 

A esto deberá sumarse que la presión principal es la conclusión de estas obras antes de que termine el tiempo de gobierno de López Obrador, pero también destinar recursos para mantener la viabilidad y rentabilidad de PEMEX y CFE como empresas de gobierno. 

Ramírez de la O y luego los legisladores de morena y sus aliados  se enfrentarán a una presión  para poder cumplirle a su “jefe” sus caprichos, pero también para mas o menos mantener los programas  sociales, que son altamente rentables en votos y evitar que los otros sectores  salgan muy raspados en los recortes presupuestales  

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