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74 por ciento de los cubanos califican como fracaso gestión de Miguel Díaz-Canel

El 74 por ciento de los cubanos valora negativamente la gestión económica y social del gobierno revolucionario, incluso el 51 por ciento no duda en definirla como «muy negativa».

El descontento que alcanzó su cota más alta con el estallido social del 11 de julio del año pasado y que se ha prolongado con las protestas durante todo el verano.

Un suspenso en toda regla para el presidente Miguel Díaz-Canel, designado por Raúl Castro para encabezar la sucesión histórica. El gobierno recibe una nota de 2,93 puntos sobre 10, superior a la del Partido Comunista de Cuba (PCC), «órgano rector de la sociedad», con 2,84 de puntuación.

No es para menos: la investigación presentada hoy en Madrid por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) confirma el pesimismo existencial de los cubanos, que viven de forma mayoritaria bajo el umbral de la pobreza (72%) y que se han embarcado en una nueva ola migratoria, la mayor de la Historia, con más de 200.000 personas huidas en los últimos meses.

La crisis alimentaría es la principal pesadilla del día para el 64% de los ciudadanos.

«En el contexto cubano, esta es una expresión clara de rechazo al régimen por el callejón sin salida en el que se encuentra el país. La población está agobiada por los problemas que genera el sistema comunista en sí y por la mala gestión de quienes tienen el poder. Esta visión crítica irá en aumento, como consecuencia del inmovilismo del régimen en la búsqueda de soluciones efectivas tanto a corto como a largo plazo. Según nuestro estudio este rechazo es mayoritario entre los más jóvenes», precisa para Yaxys Cires, director de Estrategias del OCDH.

 Más de la mitad de los entrevistados (51%) ha confesado que sufre para adquirir lo más esencial para vivir y el 52% reconoce que sólo hace dos comidas, o menos, al día. La famosa libreta de racionamiento castrista sólo cubre las necesidades básicas al 8% de los encuestados.

Quienes reciben remesas del exterior, una tercera parte, se consideran unos privilegiados a la hora de enfrentar escasez, inflación y el grave deterioro económico, que el cubano achaca al poco éxito de la llamada «tarea de ordenamiento» implantada por las autoridades castristas.

Los constantes apagones que sufren los cubanos también se reflejan en la encuesta. El 72% denuncia que sufren cortes recurrentes del servicio de electricidad, frente al 14% del 2020. La mayoría (62%) asegura que los cortes eléctricos se prolongan entre seis y 24 horas, cuando el año pasado sólo el 22% reportaba caídas del servicio tan prolongadas.

La sanidad, principal bandera de la propaganda gubernamental, luce igual de deteriorada. El 56% reconoce que necesita realizar algún regalo o pago para que sean atendidos en el sistema público, que además sufre el desabastecimiento de sus farmacias: ocho de cada diez no consigue las medicinas que necesita, por lo que recurre a los familiares en el exterior, al mercado negro o a las iglesias.

«El empobrecimiento del país y la falta de soluciones están en la base de las protestas sociales. La situación socioeconómica es tan grave, que a pesar de que han encarcelado a más de mil cubanos por haber protestado en julio de 2021, a pesar de la aprobación de un Código Penal que va más al detalle a la hora de castigar las libertades de expresión y manifestación, la gente sigue protestando. Pero tan importante como esto es el hecho de que toma fuerza la idea de que el país necesita un cambio político, por eso los gritos en las calles son de libertad», concluye Cires.

El epílogo de la encuesta es demoledor: sólo el 14% de los cubanos espera que su situación personal mejore en el futuro próximo; el 55% está convencido de que incluso empeorará.

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