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Para variar, otra ocurrencia de López Obrador.

Por Víctor Barrera

Es asombroso como el inquilino de Palacio Nacional intenta resolver los grandes problemas del país, a través de ocurrencias, las cuales no tienen un fundamento  especifico que permita señalar cuanto costará esa ocurrencia y cual será la verdadera utilidad publica para la población.

El tabasqueño entiende que al “pueblo sabio” se le puede engañar de manera fácil, manifestando una serie de ocurrencias que aun cuando estas sean incoherentes, son efectivas para mantener su popularidad entre la gente.

Por ello y ante la presión de la sociedad, incluyendo el poder judicial, el tabasqueño mencionó en su mañanera que había pensado, después de cinco años en el gobierno, darle una salida definitiva la problema de abasto de medicamentos, porque no acepta que exista un desbasto de ellos, y para ello se podría “tener una especie de farmacia en la Ciudad de México con todas, todas, todas la medicinas del mundo en cantidades razonables, para que cuando falte un medicamento en un hospital, cualquier persona pueda conseguirlo ahí”, Y vendió mejor su ocurrencia: “Es como un banco de reserva de medicamentos y lo vamos a hacer. La idea es contar con todos los medicamentos, para que nunca falte ninguno”.

Para muchos esta ocurrencia seria una buena solución, pero lo que se le olvido señalar a López Obrador, es que el problema de falta de medicamento, por su distribución o compra de ellos, se  agudizo a un más en los errores que se cometieron en esta mismo sexenio ante su idea de transformación del sistema de salud en el país.

Pero es el momento de recordarle a López Obrador que desde el inicio de su sexenio, se manifestó que ante la perversidad  de los distribuidores de medicamentos, para sacar más beneficios económicos  ocultaban los  medicamentos para después  poder obtener  esas ganancias. Es cierto que  algunos de los distribuidores así trabajaban, pero en lugar de abrir la licitación  para que hubiera mayor competencia y se abasteciera de forma total el mercado, la decisión fue que la empresa Birmex, el laboratorio mexicano de vacunas, fuera la empresa encargada de la distribución y con ello se solventaba el problema.

El problema es que para distribuir medicamentos, no solo  es pedirlos, sino planear junto con las empresa que las producen los tiempos y fechas de entrega, además se debe contar con una flotilla suficiente de transporte y bodegas adecuadas para el almacenamiento de esos  medicamentos para que lleguen a cada rincón del país donde sea necesario. Birmex jamás logro  realizar el trabajo y desde los primeros meses  se empezó a sentir el desabasto.

Ante esto, al subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, se le ocurrió, utilizar a una organización internacional, con el objetivo de evitar mayores problemas  al gobierno, y  se le ocurrió utilizar a las Naciones Unidlas con su distribuidor de medicamentos que ya había realizado este trabajo en pequeñas naciones de Centroamérica, Vino UNOPS a tratar de abastecer  el mercado mexicano pero fue otra falla, porque no se cubrió con la distribución adecuada y los medicamentos que se compraban, en muchas ocasiones no tenían la verificación medica.

Al final se le entrego al Insabi,  esta labor, pero ante la inexperiencia  para realizar las compras consolidadas y el tratar de  seguir ejerciendo su labor principal, el problema se agrando, no se logro la compra y mucho menos la distribución de medicamentos, se utilizaron recursos para esta tarea quitándole a otras áreas los mismo, provocando con ello que el servicio medico tuviera fallas., dando como resultado la desaparición del Insbi.

Ahora son las instituciones de salud pública IMSS e ISSSTE y hospitales regionales quienes tienen que realizar la compra de estos medicamentos, pero tampoco pueden realizar la distribución de los mismos, porque no cuentan con la flotilla de transporte adecuada y tampoco tienen suficiente presupuesto para   contratar una flotilla  externa., que también deberá ser  acompañada de servicios de seguridad.

Pero esta nueva “ocurrencia”, para concretarse  deberán pasar varios meses para estructurar y planear no solo la compra de medicamentos, sino el establecimiento de las bodegas adecuadas para mantener los medicamentos  sin que se deterioren, además  cada medicamento tiene una fecha de caducidad y esta no puede ser  ignorada. No se trata de crear una tienda  de autoservicio de medicamentos o solo decir ocurrencias, se trata de establecer una política de salud con presupuestos adecuados, equipo y personal capacitado. Porque de ocurrencias este sexenio tiene muchas pero resultados  positivos ninguno.

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