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López Obrador apuesta su continuidad  a cambio de la debilidad en las finanzas publicas.

Por Víctor Barrera

Sin duda, el inquilino de Palacio  Nacional, sabe que podría perder los cómicos del 2024 y esto será el inicio del final de Morena como partido político, porque  la desbandada de militantes hacia otros partidos “rentables” estaría a la orden del día.

Todo esto se explica con el Paquete Económico  para el 2024, donde los incrementos sustanciales de presupuesto esta en los programas sociales y las fuerzas armadas, mientras que los descalabros más importantes serán el Poder Judicial y los sectores productivos, quienes tendrán que “rascarse con sus propias uñas” ante la disminución de programas de fortalecimiento para ellos.

López Obrador  entiende que aumentar los programas sociales resultan más rentables en el corto plazo, porque obtendría el beneficio del voto de quienes lo reciben y por ello las cuentas alegres que realiza Mario Delgado  de  tener “sumisos” cerca de 18 millones de votos, entre adultos mayores,  jóvenes, miembros de las fueras armadas y los que se vayan  alineado  con la venta de su voto el día de los comicios.

Y esto probablemente le ofrecerá a Morena la continuidad de un proyecto  que nadie conoce a ciencia cierta y que no marca objetivos en el corto plazo a alcanzar.

Alguien señalará que los objetivos son los presentados  por la Secretaria de Hacienda en el Paquete Económico  y que estima un crecimiento del PIB en  2.5 por ciento a 3.5 por ciento, inflación de 3.8 por ciento,  nivel de deuda de 48.8 por ciento  y un tipo de cambio de 17.50 pesos. Cifras bastante optimistas en un presupuesto que esta más encaminado a  repartir pobreza que crear riqueza.

López Obrador  apuesta a comprar el voto a través de los programas sociales y no ha crear riqueza que nos permita un incremento del PIB por encima del 4 por  ciento.

Y posiblemente la formula le resulte a tabasqueño, pero dejara en condiciones frágiles a la economía nacional porque no se resolvieron ninguno de los grandes problemas del país, sino al contrario se acentuaron y se sumaran a los posibles problemas que puedan estallar al inicio de la próxima administración.

Esto lo destacamos, porque en el 2024, ultimo año de la presente administración se propone un déficit fiscal de 4.9 por ciento,  que debe ser una señala de alarma.

Aumentar el presupuesto a Programas sociales, sin generar riqueza, simplemente es una ecuación matemática que dejara resultados negativos, pero  como López Obrador apuesta todo para ganar, es algo que poco le importa, porque de perder los comicios, su futuro  estará marcado por una investigación profunda por la administración de la oposición, pero también esta en riesgo la libertad de sus hijos que tendrán que demostrar  su enriquecimiento en solo cinco años.

Si los legisladores de morena y aliados, quieren proteger a su líder, deberán evitar aprobar el déficit fiscal, reordenar el presupuesto a favor de mayor productividad de los sectores, para que sean a esa riqueza, el fundamento de los incrementos a los programas sociales.

No se puede dejar una presión en las finanzas públicas, como la que pretende López Obrador, a la siguiente administración, aun cuando sea emanada de Morena, porque esto tarde o temprano estallará en la calificación que México tendrá de los  agencias calificadoras internacionales la cual no será positiva y esto ahuyentará en gran medidas inversiones extranjeras.

Todo esto culminaría con un debilitamiento del peso, salida de capitales nacionales y extranjeros, mayor desempleo y con ello mayor inseguridad.

Esperemos que los legisladores de Morena y aliados si analicen el presupuesto y lo modifiquen a  favor de una transición  sexenal tersa y sin sobresaltos.

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