Por Víctor Barrera
Se llevo a cabo el tercer y último debate entre quienes aspiran a ocupar el puesto público de elección popular más importante del país. A lo largo del debate, nos dimos cuenta que solo dos opciones son las que buscan ganar los comicios porque la tercera, simplemente es parte de una de ellas y representa el papel de restar votos a la oposición.
Claudia Sheinbaum se mantuvo en su postura de no responder a los cuestionamientos que Xóchitl Gálvez le manifestaba lo que demostró su soberbia, cinismo o ignorancia, porque esta postura quizás fue la recomendada por su equipo.
Pero esta postura solo dejo entrever, que de llegar a la presidencia será indiferente ante los cuestionamientos que la población le realice, porque ella, como lo ha señalado, simplemente seguirá con el plan de su antecesor que es centrar el poder en una sola persona, de tal forma que en lugar de ser una republica federal terminaremos siendo una monarquía, una dictadura disfrazada.
Sus propuestas siguen siendo distribuir la pobreza para que en el corto plazo, por “seguridad nacional” el estado sea el único ente capaz de administrar la mayoría de las empresas. Algo que permitirá realizar un manejo no muy adecuado de los pocos recursos públicos que se obtengan, es decir, seguirá destinando grandes cantidades a obras que serán muy suntuosas y caras y poco prácticas para la población en general.
Esto solo seguirá disminuyendo los recursos ha aplicarse a los sectores productivos de tal forma que no habrá capacidad de generar riqueza y crecimiento económico, que permita a los mexicanos tener empleos bien pagados, y por supuesto los alimentos escasearan y serán más caros.
Como ejemplo deberemos tomar el hecho de que se aumento el salario mínimo, pero no se incentivo a las empresas, para que estas no cerraran y crearan mayor número de empleos. Esta presión que sigue sufriendo el sector privado, implicará que muchos de ellos, al no haber incentivos reales para que se queden, llevaran sus capitales a otras naciones, para obtener ganancias.
Si no se crean empleos, no se crea riqueza, no se distribuye esta y la pobreza va en aumento, por lo que tampoco habrá recursos suficientes para otorgar los programas sociales a los grupos vulnerables y será necesario que estos sean recortados en cuanto a la cantidad de dinero que se otorgue a cada beneficiario o se recorte el padrón de estos beneficiarios.
Ojala que este panorama no se presente en el país y para evitarlo será necesario que todos los ciudadanos salgamos a ejercer el derecho y obligación que aun tenemos de votar. De evitar que siga este mal destruyendo todo aquello que ha costado mucho para los mexicanos.
Un gobierno que teme a los organismos autónomos, es un gobierno corrupto, aquel que teme a que la verdadera democracia sea quien decida el futuro del país es un gobierno autoritario y una combinación de estas dos cosas no llevaría a retroceder muchos años en nuestro desarrollo político, democrático, social y económico.
Por eso el dos de junio es decisión de la gente y no de una sola persona o partido, decidir que México queremos en el futuro cercano y cual queremos dejar a las nuevas generaciones