Por Victor Barrera
Al parecer existe un ala totalmente radical al interior de Morena que pretende hacer que la continuidad del proyecto siga siendo a través del aun inquilino de Palacio Nacional y no entiende que la virtual presidenta, Claudia Sheinbaum, puede actuar con total independencia.
Muchos de estos morenistas, también son apoyados por algunos del PT, que se manejan más por una ideología trasnochada y con tintes de venganza que por la razón y la oportunidad del dialogo, para encontrar de manera rápida la reconciliación social que nos permita avanzar en nuestro desarrollo como nación.
Esto hace a Claudia Sheinbaum, que sería la primera presidenta, tener un poder enorme, otorgado por la ciudadanía, pero menguado por los militantes del Morena y PT.
Esto también pondría a su presidencia con enormes dificultadles para orientar el rumbo que ella quiere trazar y no el que le esta imponiendo desde hace dos años el tabasqueño originario de Macuspana.
Es cierto que el triunfo de Sheinbaum Pardo, se origino desde el Ejecutivo, quien entendió desde un principio que ofreciendo recursos públicos a la población esta siempre estaría a su lado, porque esta población no entiende que esos recursos salen de su trabajo, de sus ahorros y no del bolsillo del Ejecutivo.
Por tanto el poder de la presidenta, se debe a López Obrador a los militantes que aun siguen pensando que lo mejor para el país es que López Obrador siga gobernando, aun cuando no sea desde Palacio Nacional, esto deja al poder de la presidenta Sheinbaum bastante acotado.
Por tanto Sheinbaum Pardo debe reunirse con los legisladores electos para evitar que las reformas, “pendientes” de AMLO, sean aprobadas en fase track” e iniciar la unidad de los diversos grupos dentro de una coalición que hasta ahora solo reconoce como líder al presidente López Obrador. Sheinbaum tendrá que liderar a diversos grupos, desde los que responden a Adán Augusto, a Marcelo Ebrard, a Martí Batres, a Citlalli Hernández, a Jesús Ramírez, o a Clara Brugada, entre muchos otros.
Sheinbaum no tiene todavía capital político suficiente para imponerse y necesitará que López Obrador manifieste que quine manda ahora es ella.
Pero esto provoca una duda, sobre si será capaz López Obrador de ayudar para que Sheinbaum proponga e imponga su agenda y no la del tabasqueño
La decisión de Claudia Sheinbaum será entre estableces su liderazgo dentro del movimiento o permitir que López Obrador siga en el ejercicio del gobierno