INE designa interventor para liquidación del PRD al perder su registro

La Comisión de Fiscalización del INE aprobó la designación del interventor que tendrá a su cargo la liquidación del Partido de la Revolución Democrática, al no reunir el 3 por ciento de la votación nacional en los comicios del 2 de junio.

Durante la sesión desarrollada este martes, se llevó a cabo el procedimiento de insaculación en el cual resultó electo Ricardo Badin Sucar.

El consejero electoral Jorge Montaño Ventura, presidente de la Comisión de Fiscalización explicó que se trata de una etapa de prevención, en la cual el interventor cobrará alrededor de 200 mil pesos mensuales por sus honorarios y una vez que ya comience propiamente la liquidación, cambiará el monto y la manera en que se realice el pago por sus servicios.

“El monto que hablo es de liquidación, insisto el partido político tiene los medios que la propia ley le concede para inconformarse, estamos hablando de un tema de prevención, hay antecedentes donde ya partidos en proceso de liquidación en el órgano jurisdiccional logran revertir estos acuerdos”, señaló.

En tanto, Ángel Ávila, representante del PRD ante el INE, quien estuvo presente en la sesión como invitado, insistió en que su partido sigue en la lucha para mantener su registro en la Sala Superior del Tribunal Electoral.

“Nosotros estamos haciendo el último esfuerzo, de acudir a la sala superior de demostrar que en este caso la intervención del crimen organizado nos bajó más de mil candidatos al Partido de la Revolución Democrática y eso tiene un efecto directo en el tema de la votación”, indicó.

Ávila dijo que ya fueron liquidados el 90 por ciento de los trabajadores del partido, que no hay grandes deudas, aunque reconoció que varios inmuebles del PRD están embargados por la demanda que interpuso el empresario argentino Carlos Ahumada contra dicho instituto político por mil millones de pesos.

Respecto a la duración del proceso de liquidación de un partido político, consejeros electorales reconocieron que puede demorar alrededor de tres años, como ha ocurrido con el Partido Encuentro Social.