Por Víctor Barrera
El fin de sexenio empieza a volverse difícil debido a que quedan muchos pendientes de índole económico que tendrá que resolver la nueva administración para mantener al país con crecimientos superiores al 2 por ciento, si se quiere evitar una crisis
Sin duda los crecimientos económicos que ha presentado el país en este sexenio no han sido los más favorables, debido a diversas circunstancias externas e internas.
Entre estas se encuentra al alto déficit que deja la presente administración cercano al 6 por ciento respecto al Producto Interno Bruto, y también la baja de entrada de Inversión Extranjera Directa (IED),
De acuerdo a las cifras que presenta la Secretaría de Economía, esta inversión durante el primer semestre del año sumo 31 mil 96 millones de dólares, cifra que en general representa la más alta en cuanto al periodo.
Tan solo si se compara con el mismo periodo del 2023, este nivel de inversión se incrementó en 7.1 por ciento, cifra que en cualquier nación representa cifras récord.
Pero cuando se hace el análisis minucioso, se observa que 30 mil 288 millones de dólares representan la reinversión de las empresas ya establecidas en el país, que es el 97.4 por ciento total de la IED.
Entonces solo 2.6 por ciento de esta IED corresponde a nueva inversión. Dato que debería poner a pensar al equipo de Claudia Sheinbaum, que México no ha logrado aprovechar el nearshoring
Convirtiendo a esta situación como un “mito genial” ya que a pesar de tener todos los elementos para atraer la atención de inversionistas, estos aun no miran a México como un país confiable para colocar sus capitales
Esto nos hace ver que el monto de IED nueva para el país fue de 909 millones dólares, siendo el más bajo en un mismo periodo desde el 2014
Esto significa que la incertidumbre política que se vivió durante la primera parte del año sumado a la falta de políticas públicas a favor de la colocación de IED en proyectos ha dado como resultado menor cantidad de nuevos capitales captados.
En otras palabras, el nearshoring aun no representa esa fuente de inversión que se estima debido a la falta de confianza hacia nuestro país, derivado a las posibles reformas constitucionales que están aún en discusión dentro del Congreso de la Unión y que se resolverán en el mes de septiembre.
Por tanto, en la forma en que estas reformas sean aprobadas podrán o no acrecentar la confianza de los inversionistas extranjeros al país, es por ello que debe ser motivo de preocupación y ocupación de la nueva administración para evitar que el país caiga en una crisis ante la falta de capitales para fortalecer el desarrollo económico.