Por Emilio Trinidad Zaldívar
El López que cree a México patrimonio suyo
- «Antes como antes, hoy como hoy» y mañana…, mañana como yo diga
- Diálogos de un casi Monarca con un Consejero Real en la soledad del Palacio
Parte 1
(Novela breve de algunas de sus andanzas, pasiones, ambiciones, vivencias, rencores y odios)
*Hay personajes reales con nombres ficticios; también lugares reales e imaginarios.
Emilio Trinidad Zaldívar
- Ven Jesús, acércate -le dice a su vocero Godínez Cuerdas, no a Jesús de Nazaret- para preguntarle. ¿Cómo percibes que luego de lograr la mayoría aplastante en el Poder Legislativo para que se modifique la Constitución y con ello el Poder Judicial se subordine al Ejecutivo, para que yo reasuma el poder luego de Claudia a través de mi hijo Fidel Andyno?
El encuentro se da en el despacho presidencial, el de la silla del águila, a unos días de dejar esa oficina (no el poder), que les envenena la conciencia y les distorsiona o les roba la razón, la sensatez, a quienes tienen el privilegio de gobernar y de sentirse dueños de una nación y de la vida de sus ciudadanos.
- Estoy recorriendo los rincones de esta oficina querido Jesús, donde cuando uno la ocupa, se siente prácticamente más arriba de la cima del mismo Everest; aquí se llena uno de autoridad total, de mexicanismo, de sabiduría, de talento, de cultura. Tocar estos muebles de madera fina, estos libreros llenos de historia, este escritorio que nos alimenta el ego, las vanidades, nos hace poderosos, invencibles, amados, venerados por un pueblo que aclama y vitorea nuestro éxito, nuestro paso a la historia como el mejor de los presidentes.
Mientras esto dice el tabasqueño, toma el brazo a su incondicional jefe de prensa para decirle que toque los muebles, los acaricie, para que sienta por un momento lo que transmite al simple roce de la piel el brutal poder que de ahí emana.
Godínez Cuerdas accede, toca la silla, la soba, la acaricia, desliza su mano sobre el escritorio, levanta el teléfono rojo, suspira y lo lleva a su oído para de inmediato dejarlo en su lugar. Sintió por unos momentos mimetizarse -como con su jefe- con la oficina presidencial.
- Señor presidente, veo que está guardando en estas cajas algunos libros y objetos personales. ¿Quiere que le ayude a acomodar todo y cerrar las cajas?, dice Godínez, el creador de grupos de YouTubers que se asumen periodistas pero que son viles y vulgares porristas, aplaudidores, aduladores del nuevo casi monarca, y a los que les da, les reparte, millones de pesos en chayote disfrazado de convenios publicitarios.
- Muchas gracias Chucho, sí, ayúdame a guardar y cerrar estas tres cajas. Quiero que sepas que la silla del águila también me la voy a llevar a la finca en Padentro, allá en Chiapanga, ya le dije a Claudia, ella tendrá la suya, a su gusto, a su medida, pero ésta, ésta es mía, pues me ha acompañado durante todos estos años de gloria para transformar a México como el mejor de los países, el de mayor crecimiento, de orden público y paz social, de armonía, de cero corrupción, de educación de excelencia y de salud y bienestar como ninguno otro. Somos la envidia del mundo querido Jesús. Disfruta eso conmigo.
Emocionado por lo que escucha, el ex colaborador de Canuto Monsiváis, el de los diálogos circulares, el que no se quiere separar de López Cantador, no oculta su admiración por el tabasqueño, lo ve guapo, majestuoso, inalcanzable, se siente casi enamorado de él, y así, entre un éxtasis de alegría y un poco de nostalgia por lo que se va, por lo que se acaba, se atreve a preguntarle si está tranquilo y seguro de los pasos que dará la doctora Claudia Shimula Paciencia.
- Mira Jesús, Claudia está amarrada, atada, imposibilitada para cambiar de ruta. Hará todo lo que le he instruido, seguirá con mi agenda, es y será administradora de nuestro movimiento, de nuestro proyecto, y por eso la he convidado a las giras, para comprometerla más. La he llevado a mis reuniones con las fuerzas armadas pero sólo para que le quede claro que ellos seguirán siendo leales a mí. A mí obedecerán no a ella. Y si se atreviera a dar un paso lateral a lo ya discutido, a lo que he ordenado, para eso estará la revocación de mandato, ahí acabaría ella con su carrera política.
La sorpresa de Godínez Cuerdas por lo que ha escuchado lo hacen sudar en frío. Queda como mudo, titubeante, nervioso pero a la vez se le eriza la piel, casi se desmaya, explota de júbilo por ver la perversidad de su jefe a quien ve casi como un semidiós.
López Cantador ríe con malicia, como suele hacerlo en sus mañaneras, entre burlón e irónico, para agregar que su sucesora, Shimula Paciencia, fue la elegida porque era la única que le garantizaba total, absoluta continuidad, sumisión y obediencia, para ser sólo guardiana de la oficina en Palacio, aplicadora de las decisiones que tomará desde Chiapangas, y custodia de la banda presidencial, que en el 2030 entregará a su querido hijo Fidel Andyno.
El vocero presidencial, aprovechando una pausa que López Cantador hace al no poder hablar de corridito, lo interrumpe para preguntarle con cierta duda, si entonces lo de la revocación de mandato era o ¿es una señal de un poco de desconfianza en la doctora?
Y en eso sí, sin dudas ni pausas ni titubeos, Andyno Mayuel López Cantador responde contundente a su inocente y ciego colaborador:
- Jesús, mira, en la vida, en el andar, en el convivir, en el compartir, en el ganar y perder, jamás confíes en nadie, en nada, porque a veces hasta nuestra propia sombra se coloca pequeña cuando la queremos grande.
- No olvides -continúa el presidente- que cuando instruí que se discutiera la reforma al Poder Judicial en el ocaso de la Legislatura pasada, Claudia expresó a los medios -sin consultar conmigo- que ese tema sería primero analizado, discutido y debatido ampliamente antes de su aprobación, por lo que tuve que ser claro, firme, duro y contundente con ella, para que no se le olvide quién manda, por quien fue candidata, por quién ganó y gracias a quien esta ahí.
- Por eso la traigo pegada a mí, para que no se distraiga en otra cosa, para que siga mi agenda y la convierta en su agenda, y para que jamás dude de quien es el dueño de Morena, de las decisiones, de la presidencia, de la banda, del bastón de mando y de los otros dos poderes.
Se da una pausa entre ambos servidores públicos, cómplices de diversas diabluras, de demasiadas mentiras, de muchísimos compromisos con otros innombrables de la política y de la delincuencia, con quienes han construido muros de naipes para guardar sus falsedades que muy pronto se les pueden caer. Y sentados ya en la cómoda sala del espacioso despacho presidencial, López Cantador suelta:
- ¿Te das cuenta de mi grandeza Chucho? Doblé con enorme facilidad a un delincuente político veracruzano, pillo, perverso, sin escrúpulos, falso, ambicioso, para obligarlo a que su hijo votara en favor de mi reforma, y gracias a eso, a esa jugada magistral, pronto ya renacerá ese Poder Judicial pero como lo quiero yo. Sujeto y supeditado a mí.
México vivía una brutal crispación, enorme división, profunda confrontación, provocado todo ello por quien había ofrecido en su campaña serenar al país y gobernar para todos, pero su amor al poder, su obsesiva idea de sentirse la reencarnación de Juárez para pasar a la historia como un reformador, un constructor de una nueva patria, una nueva República, más su hambre y su deseo de venganza, habían provocado se dispararan los demonios del edén, para que en todos los rincones del país hubiera zozobra, desesperanza, engaños, mentiras, corrupción y manipulación de pobres y oprimidos.
- Recuerda Jesús que con ministros, magistrados y jueces electos de acuerdo a mis intereses, con Raquel Malacara en la Secretaría de la Ocultación Pública y con la desaparición del (INAI), Instituto Nacional de Ataques a mi Investidura, tanto mis hijos como yo, estaremos a salvo de cualquier persecución derivada de alguna filtración, documentación o revelación de nuestros adversarios, sobre los acercamientos y acuerdos que tuvimos con los distintos carteles con los que por zonas y regiones, íbamos construyendo acuerdos y compromisos de que ellos nos financiaban mientras nosotros los ignorábamos.
- Señor presidente, -dice el formador de legiones de aduladores, de improvisados seudo periodistas, hasta extranjeros-, ya aquí en confianza, tengo la inquietud, la duda, el gusanito de preguntarle si ¿siempre fue Claudia Shimula su candidata o había otra opción?
- Ella siempre fue mi única carta, no había otra. A veces siento que me excedí con Adán Migusto al traerlo a la Secretaría de Gobernación, porque en automático lo hacía yo presidenciable, y al sumarlo a esa simulada participación de otros a quienes llamé corcholatas, le di alas y se la creyó, lo que provocó en él una profunda depresión y su enojo conmigo duró bastante tiempo. Incluso me reclamó haberlo sacado de Tabasco, donde decía que se sentía muy cómodo, muy agusto.
Hace el presidente una de esas muy largas pausas en las que parece trabado, hipnotizado, para expresarle a Jesús Godínez Cuerdas -en los casos de Ricardo Monoreal y Marcelo Ebras de Cascarón, si se la creyeron, fueron ingenuos soñadores, porque jamás pensé en ellos para sucederme. Habrían destrozado esta costosa Cuarta Transformación, tendrían sus propios planes y te aseguro que se ubicarían mucho muy lejos de nuestros postulados de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México.
Y sigue.
- A mi querido y hermano de corazón, al que le debo mucho de lo que soy, el gran Adán Migusto López Herdez, le habría dado la posibilidad pero sólo si Claudia estuviera imposibilitada por enfermedad o razón grave de carácter político, pero el mismo Adán, mi paisano, habría buscado la forma de dar un giro en nuestro movimiento para marcar su ruta y poner su propio sello, tema que descarto con Claudia que es hechura mía. Nació y creció en la política por mí y gracias a mí. Me debe lo que fue, lo que es y lo que asumirá.
Continuará…..