Alimentación para el Bienestar una buena medida, pero antes se debe aclarar y sancionar el fraude en  Segalmex 

Por Víctor Barrera 

Sin lugar a duda la creación de Alimentación para el Bienestar se presenta como una solución para proteger a los pequeños productores de aquellos intermediarios quienes ofrecen un pago menor por los productos y los venden a precios altos. 

La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, plantea mantener los precios de garantía para granos básicos, como maíz o cultivos de la canasta básica, como el frijol, sobre todo para los pequeños productores. Esto permitirá apoyar a productores pequeños que no son beneficiados ni tienen la posibilidad de exportar.  

Esto traerá también beneficio para las familias mexicanas que lograrán obtener estos productos a precios justos y con ello obtener los productos de una buena alimentación básica. 

Sin embargo, persiste un problema, que no deberá desaparecer al extinguirse Segalmex, empresa que, durante el sexenio de López Obrador, realizó la labor de comprar productos que muchas veces fueron compras a empresas fantasmas y por supuesto no entraron a la bodega de Segalmex el producto comprado 

El fraude de Segalmex, ha sido reconocido por López Obrador y la Fiscalía General de la República realizo una investigación que arrojo un fraude con un monto de 12 mil millones de pesos, mientras que la Auditoria Superior de la Federación manifestó que los desvíos de recursos en este fraude son de 15 mil millones de pesos. 

Por tanto, este problema debe ser solucionado y sancionar a toda persona que haya participado en el mismo: Se dice que existen una persona que ya están en un proceso penal por el fraude y que se ha recuperado una buena cantidad de los recursos. El destino que han tenido estos recursos también deberá aclarar y con ello mostrar que en esta administración si se va a combatir a la corrupción. 

Esperamos que la presidenta de México no permita que se dé un cierre de carpeta a la investigación  y se de con todos los responsables del fraude.  

Éste es el nuevo cambio en la política agrícola y se espera alcanzar la soberanía alimentaria, pero sin corrupción