Por Víctor Barrera

Claudia Sheinbaum Pardo, quien será la primera presidenta de México, y que tan solo por ese hecho pasará a la historia, tiene otro reto que deberá resolver lo antes posible para evitar que su administración federal se convierta en otro más para el olvido de los mexicanos. 

Esto porque Morena, en su cambio de dirigencia estableció la línea que seguirá y no es precisamente estar bajo las órdenes de Sheinbaum Pardo, porque estarán más cercano a su líder moral, representado a través de “Andy” y de su dirigente Luisa María Alcalde, que es una ferviente seguidora de AMLO y su obradorismo bautizado como la 4T. 

Sheinbaum Pardo tendrá que batallar con esta distancia que ha marcado Morena y que podría, en algunas ocasiones, no ser acompañada en su totalidad por los legisladores de Morena y partidos aliados. 

Además, deberá entender que al interior de Morena las diferencias irán creciendo, porque para el 2027, muchos de los lideres buscaran acrecentar su poderío y las luchas internas para ganar gobernaturas y legislaturas locales y alcaldías serán constantes, lo que provocaran   mayore división al interior de Morena. 

Las aspiraciones presidenciales seguirán entre los aspirantes que en este 2024 no la alcanzaron y se sumaran otros que en este sexenio buscaran la candidatura. 

Sheinbaum Pardo, no tendrá todas las fichas, como las tuvo el originario de Macuspana, y por ello tendrá que buscar en la oposición, algunas negociaciones para fortalecer su administración y terminar su sexenio completo. 

La figura retórica del Segundo Piso sigue presente, pero ahora la diferencia es que existen más vertientes y tendremos que ver si Morena tiene bien definido el papel que están construyendo del partido que lo antecediera en hegemonía y convertirse en el «partidazo» dominante y logra no solo la continuidad en este sexenio sin caer en la involucion y se convierta en el partido de las tribus donde la lucha intestina es enorme y peligrosa.

Es por ello que Claudia Sheinbaum deberá establecer, lo antes posible la ruta a seguir, si le conviene el pluralismo al interior del partido Morena o establecer límites para evitar que se termine destrozando al partido, como le sucedio al PRD.

También deberá aprovechar que dentro de la oposición existen descontentos y esto podría fortalecer su gobierno a través del dialogo y encontrando apoyo a su proyecto propio y no el dictado por su antecesor.

México mantiene aún muchos ciudadanos que no coinciden con el partido en el poder y aliados, pero tampoco con la oposición. Eso mexicanos que suman millones, están en espera de un o una estadista que lleve al país a buen puerto donde se origine riqueza para distribuir y no pobreza. Donde las oportunidades de crecimiento sean claras y que todos podamos participar en ellas

El reto de Sheinbaum es enfrentar esa distancia ya marcada por Morena, para establecer su proyecto para pasar a la historia no solo como la primera mujer presidenta, sino quien colocó al país en el verdadero sitio que le corresponde en el mundo.