El presidente Vladimir Putin advirtió ayer miércoles 25 de septiembre, a Occidente que Rusia podría utilizar armas nucleares si fuera atacada con misiles convencionales, y que Moscú consideraría cualquier ataque contra Rusia que contara con el apoyo de una potencia nuclear se consideraría un ataque conjunto.
La decisión de cambiar la doctrina nuclear oficial de Rusia es la respuesta del Kremlin a las deliberaciones en Estados Unidos y Reino Unido sobre si se debe o no permitir a Ucrania disparar misiles occidentales convencionales contra Rusia.
Putin, en la apertura de una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, dijo que los cambios eran una respuesta a un panorama global que cambia rápidamente y que ha generado nuevas amenazas y riesgos para su país.
El jefe del Kremlin, de 71 años, el principal responsable de la toma de decisiones sobre el vasto arsenal nuclear de Rusia, dijo que quería subrayar un cambio clave en particular.
«Se propone que la agresión contra Rusia por parte de cualquier Estado no nuclear, pero con la participación o el apoyo de un Estado nuclear, se considere como su ataque conjunto contra la Federación Rusa», manifestó Putin.
«También se fijan claramente las condiciones para la transición de Rusia al uso de armas nucleares», precisó Putin, añadiendo que Moscú consideraría tal medida si detectara el inicio de un lanzamiento masivo de misiles, aviones o drones contra ella.
Rusia también se reserva el derecho a utilizar armas nucleares si ella o Bielorrusia son objeto de una agresión, incluso con armas convencionales, agregó el mandatario.
Putin afirmó que las aclaraciones se habían calibrado cuidadosamente y estaban a la altura de las modernas amenazas militares a las que se enfrenta Rusia, lo que confirma que la doctrina nuclear estaba cambiando.
La doctrina nuclear actual publicada de Rusia, establecida en un decreto de 2020 de Putin, dice que el país puede utilizar armas nucleares en caso de un ataque nuclear por parte de un enemigo o un ataque convencional que amenace la existencia del estado.
Los cambios delineados por Putin incluyen una ampliación de las amenazas bajo las cuales Rusia consideraría un ataque nuclear, la inclusión de su aliada Bielorrusia bajo el paraguas nuclear y la idea de que una potencia nuclear rival que apoye un ataque convencional contra Rusia también se consideraría que la está atacando.