Por Victor Barrera 
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) por medio de la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana expresa su rechazo “de manera enfática el uso desproporcionado de la fuerza letal por parte de agentes del Estado” que derivó en la muerte de seis personas migrantes y provocó al menos diez heridos.
Los hechos son “consecuencia de la militarización de la política migratoria, y una mayor presencia de fuerzas armadas en la frontera sur del país; al existir un contexto de violación sistemática de derechos humanos, así como una política migratoria basada en la militarización, el Estado mexicano está obligado a realizar una investigación seria, imparcial y efectiva; de lo contrario, si estos hechos no son investigados con la debida diligencia, resultaría de algún modo, auxiliados por el poder público comprometiendo la responsabilidad internacional del Estado mexicano”, enfatiza la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Los Obispos de México demandan acciones de “no repetición para limitar la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de orden público y en materia de control y revisión migratoria a situaciones excepcionales y asegurar el cumplimiento de medidas preventivas en el uso de la fuerza”, añade la Conferencia del Episcopado Mexicano al exhortar a que se descarte “la contención de las personas en situación migratoria irregular que entran en el territorio nacional y la militarización de la frontera”.
Nos solidarizamos con las víctimas y sus familiares, extendiendo nuestras oraciones por las personas migrantes que murieron en este operativo del Ejercito mexicano, y por la pronta recuperación de las personas heridas… Como Iglesia que acompaña siempre a los más pobres, confiamos que la violencia nunca será la solución”, subrayan los Obispos de México.
A apremiar a una formación adecuada del personal encargado del control en las fronteras, la Conferencia del Episcopado Mexicano remarca que el Papa Benedicto XVI, ha llamado a “anteponer siempre la seguridad personal a la nacional”.