Israel confirma la muerte de dos altos cargos de Hamas 

l Ejército israelí confirmó la muerte de dos altos cargos de Hamas en distintos ataques a lo largo de este sábado, en operaciones coordinadas entre las fuerzas armadas y la agencia interior de inteligencia, el Shin Bet. 

«Las Fuerzas del Aire atacaron y eliminaron al terrorista Nuhammad Haussein Alí al Mahmud que formaba parte de la autoridad ejecutiva de Hamas en el Líbano y dirigió actividades terroristas en Judea y Samaria (Cisjordania)», informó el Ejército sobre el primero de los ataques, del que no dio más detalles. 

Las fuerzas armadas aseguran que Muhammad era responsable de Hamas en el Líbano. 

El otro fallecido es Said Alaa Naif Ali, un miembro veterano del brazo armado de Hamas al que acusan de reclutar a milicianos para la organización en el país vecino, y de cuya muerte ya informaron los medios árabes esta mañana. 

Naif Ali murió en un bombardeo contra la ciudad de Trípoli, en el norte de Líbano y de mayoría musulmana suní -mientras que Hezbolá es de carácter chií. Es el primer ataque de Israel a la ciudad desde la guerra de 2006. 

En el ataque fallecieron también tres miembros de su familia, cuando se encontraban en un edificio cerca del campo de refugiados Al Beddawi. 

Israelí mantiene esfuerzos para eliminar la amenaza de Hamas 

Las fuerzas armadas aseguran que estas operaciones son parte de sus esfuerzos para eliminar la amenaza de Hamas hacia Israel, y que constituyen un golpe a la habilidad de la organización islamista para atacar Israel desde territorio libanés. 

Israel y el grupo chiita Hezbolá mantenían un intercambio de fuego constante desde octubre del año pasado, que se intensificó hace más de 10 días con una campaña de bombardeos israelíes sobre territorio libanés, que llegaron a su punto álgido el pasado viernes al matar en Beirut al líder de la organización, Hassan Nasralá. 

Desde el comienzo de las hostilidades, los ataques de Israel en el sur, el valle de la Becá y la capital, Beirut, han matado a casi 2 mil personas y han obligado a 1.2 millones a abandonar sus hogares, principalmente en el sur y el este del país mediterráneo.