A dos años de la reforma a la Ley del Seguro Social (LSS) que hace obligatoria su inscripción, aún es ínfimo el número de trabajadoras del hogar inscritas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pues de 2.4 millones que se estima se dedican a esta labor, sólo 2.6 por ciento han sido afiliadas, según datos del organismo.
Desde que se inició el programa piloto en abril de 2019, este porcentaje ha oscilado entre 1.8 y 2.6, incluso después de la modificación constitucional que entró en vigor en noviembre de 2022, debido a que los empleadores se niegan a pagar las cuotas obrero-patronales respectivas.
Es una legislación bonita, pero letra muerta porque no tiene dientes para sancionar a los patrones que incumplen con inscribir a las personas que se dedican a dicha labor, señaló Norma Palacios, secretaria general colegiada del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar.
En entrevista, acusó que además las trabajadoras del hogar no cuentan con mecanismos efectivos de denuncia y si se atreven a hablar o exigir este derecho a sus patrones, son despedidas y quedan totalmente desprotegidas.
Para este sector de trabajadores, ha sido inalcanzable gozar de los cinco seguros que prevé la LSS, como el de enfermedad y maternidad; riesgos de trabajo, seguro de invalidez y vida, y cesantía en edad avanzada y vejez. Esto, porque mientras la ley no estipula qué pasa si se incumple, los patrones simplemente no reconocen la obligatoriedad, subrayó.
Al cierre de noviembre, el número de trabajadoras del hogar inscritas en el IMSS ascendió apenas a 62 mil 645. Los datos del instituto reflejan además una brecha salarial, pues mientras los hombres tuvieron un ingreso promedio diario de 420 pesos, las mujeres ganaron 348 pesos, pese a que ellas son quienes mayormente se emplean en esta actividad.
Las entidades con mayor número de personas afiliadas son la Ciudad de México, con 11 mil 113 personas, y el estado de México, con 6 mil 793. Por rango de edad, las personas de entre 55 y 60 años son quienes más cuentan con seguro social, al sumar 11 mil 295, seguido de las de entre 60 y 65 años, con 9 mil 275.
Otro de los obstáculos a los que se enfrentan las trabajadoras del hogar, son que los patrones insisten en negarse a firmar un contrato, además de que incumplen con jornadas laborales justas, salario digno, acceso al estudio y el derecho a la salud, por lo que son las trabajadoras quienes deben costear la atención médica, mencionó Palacios.
Consideró que esta problemática persiste debido a la falta de difusión de campañas por parte del IMSS y de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) para dar a conocer sus derechos, ya que han sido insuficientes y sin un alcance nacional.