Por Víctor Barrera
Estábamos bien cuando estábamos mal, porque ahora que nos dicen que estamos mejor, estamos peor, que antes reza una frase, ya típica para los mexicanos y que parte de n dialogo de la película de Si yo fuera diputado, protagonizada por Mario Moreno “Cantinflas”.
Esto significa que, desde la década de los años 40, los mexicanos nos hemos dado cuenta de que la clase política siempre ha buscado beneficiarse de sus cargos, por lo que otras viejas frases como “vivir del presupuesto es un error” vuelve a la mente de todos.
Pero principalmente de los morenistas que ya han ocupado un cargo y que buscan mantenerse en la nómina gubernamental sea como subsecretario, directores, cónsules o embajadores, no le hace donde, pero estar en la nómina.
Así los dos titulares del poder Ejecutivo simplemente han dejado de lado sus promesas y han visto principalmente por sus allegados y no por quine verdaderamente deben trabajar.
La serie de reformas constitucionales y legales que se han realizado, han hecho que nuestro país en este tema de pasos agigantados hacia atrás que solo beneficia a los que ahora con su llamada “supremacía constitucional” se ponen por encima del Poder Judicial, que pronte será totalmente destituido por quienes simplemente obedezcan las directrices que se les determinen y sobre un poder ejecutivo, que por temor o por no molestar al máximo líder no ha dado el manotazo correcto para manifestar que quine ahora tiene el encargo de presidenta es ella y no el de Macuspana.
Todas las decisiones, de quienes dicen representar a la población que los eligió, van en el sentido de crear a lo neo caciques, que terminan siendo multimillonarios y siguen viviendo del erario público.
Todo gracias al apoyo de los organismos electorales que para mantener su puesto y salario simplemente otorgaron una mayoría absoluta en el Congreso de la Unión aun cuando no la obtuvieron.
Esta conformación, en el Congreso de la Unión, aprobando esa, modificaciones que nos mantiene en incertidumbre, jurídica, social y económica.
Solo esperamos que las cosas a nivel mundial no cambien tanto o de lo contrario el impacto a nuestra economía, a nuestra mejor calidad de vida puede ser enorme.
Porque el estancamiento que ha mostrado nuestra económica, con crecimiento mínimos a un punto porcentual de manera promedio en el sexenio pasado y la posibilidad de apenas alcanzar ese punto porcentual para el 2025 nos hace pensar en la necesidad de que los recursos con que se cuentan no alcanzarán para siquiera producir los alimentos necesarios para el consumo interno.
Que, a partir del 20 de enero próximo, la exportación de nuestros productos saldrá más caro y que esto presiona el precio de estos productos al interior del país, elevando, una vez más el índice de inflación.
Además, que las medidas que pueda tomar el señor Trump, podrían impactar en nuestra moneda y debilitarla tanto que aun cuando sea una oportunidad para captar inversiones, la inseguridad que se vive y la participación de poder de los grupos delincuenciales dentro del territorio nacional, los ahuyentará, porque tampoco se contará con la certeza jurídica de tener un poder Judicial autónomo, sino una apegado a las decisiones del gobierno.
Si a esto sumamos que pese a que se ha tocado el tema del cambio climático que puede aumentar el deterioro del medio ambiente no se ha aplicado la inversión suficiente para contenerlo por ello es más cercano una crisis mayor de agua, un deterioro del suelo agrícola, de los bosques acrecentando la mala calidad del suelo y del aire. La reducción en la inversión pública y el desmantelamiento de instituciones como la Conabio son resultado de una política premeditada, en la que estos temas cruciales han quedado relegados de la agenda pública, pese a que el partido ecologista está dentro de la llamada 4T.
La clase política mayoritaria ha renunciado a su tarea de ver por el bien de todos y solo han buscado el interés personal o de su partido. Porque los líderes de esos partidos solo utilizan a sus huestes como corifeos que levantan la mano y prueban lo que se les ordena sin siquiera analizar el daño que esto hace.
Debemos reconocer que como sociedad no pudimos entender que otorgar una mayoría a un solo grupo solo nos llevaría al autoritarismo a las decisiones unilaterales. Ahora deberemos exigir a este grupo que actúe y trabaje como lo deben hacer a favor de todos para que eviten el estancamiento económico, la inseguridad, el avance del crimen organizado, que cuiden nuestros derechos y libertades y se retome la verdadera democracia en el país como lo prometieron en sus campañas políticas