Por Victor Barrera 
Por Víctor Barrera
Es posible que muchos de los que, a pie puntillas, siguen las recomendaciones del Mesías de la 4T ven con cierto recelo el Plan México que presentó la presidenta Claudia Sheinbaum, y es que la mayor parte de este se basa en lo que muchos de estos seguidores odian, medidas neoliberales que significan una participación importante de la iniciativa privada para poder aplicar extender y desarrollar la propuesta.
Para que este Plan de resultados lo antes posible es necesario que se permita a los inversionistas privados participar en el desarrollo de la nueva política industrial, que se basa simplemente el fortalecer la productividad nacional para ir disminuyendo las importaciones de insumos, sobre todo de China.
De llegar a este objetivo, se deberá emprender al apoyo, financiero y logístico para que muchas empresas mexicanas puedan exportar sus productos finales a muchos otros países, donde México ha firmado tratados, acuerdos o alianzas comerciales. Esto para evitar que sigamos dependiendo de manera importante de un solo socio comercial, como lo ha sido hasta ahora Estados Unidos.
Esto permitiría caer en desaceleración económica, en caso de que la economía de Estados Unidos entrará en una etapa similar.
Otro punto importante es la diversificación económica, para pasar de sectores como el automotriz y manufacturero a otros como el de tecnología, ciencia, y energías renovables, por supuesto que con la participación de la iniciativa privada.
Además, esto agregara un valor mayor, pero será necesario que exista un cambio total en el sistema educativo para dejar la ideología y centrarse en la ciencia y tecnología que asegure una mayor participación de los trabajadores y las empresas en la economía global.
Por supuesto esto traería una disminución de la desigualdad económica, porque los trabajos serán mejor pagados fortaleciendo el mercado interno.
Todo esto sin embargo son los beneficios de un gobierno que no excluye a la gente, sino la incluye, donde se permite pensar distinto, pero con el mismo objetivo común, que es el crecimiento y desarrollo económico del país.
Posiblemente esto se podrá lograr, si aquellos ortodoxos de la 4T no interrumpen lo que hasta ahora se ha mostrado como una buena propuesta.