El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha anunciado que la organización se ve obligada a tomar la «difícil decisión» de reducir su presencia en la Franja de Gaza por la creciente inseguridad, después de que la semana pasada un trabajador de la organización muriese víctima de un ataque atribuido ya de manera abierta a Israel.
«La ONU no se va de Gaza. La organización sigue comprometida para seguir brindando la ayuda de la que dependen los civiles», ha justificado Guterres, en un comunicado en el que ha lamentado que desde hace más de tres semanas las autoridades israelíes no permiten la entrada de ningún camión con suministros.
La ruptura del alto el fuego por parte de Israel ha desencadenado una nueva ola de «ataques devastadores» sobre el enclave palestino, entre ellos uno que la semana pasada mató a un trabajador de la Oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) y provocó graves heridas a otros tres empleados de la organización internacional.
«Por la información de la que disponemos, los ataques que impactaron en un completo de la ONU en Deir el Balá el 19 de marzo estuvieron provocados por un tanque israelí», ha señalado Guterres este lunes, en un comunicado en el que ha recordado que todas las partes tenían constancia de la ubicación de estas instalaciones.
En este sentido, ha insistido en la «absoluta inviolabilidad» de la que gozan teóricamente las instalaciones de la ONU en virtud del Derecho Internacional y ha reclamado una investigación «plena, completa e independiente» para esclarecer este incidente. Si no se respetan unas mínimas garantías, ha advertido, el personal de Naciones Unidas «se enfrenta a riesgos intolerables mientras trabajan para salvar las vidas de civiles».
Guterres, que ha reclamado de nuevo la protección de los civiles y la liberación «inmediata e incondicional» de los rehenes que aún siguen en manos de las milicias palestinas, ha calificado de «urgente» que se restaure el acuerdo de alto el fuego.
«Todos los países deben hacer uso de su influencia para detener el conflicto y garantizar el respeto del Derecho Internacional, aplicando la presión diplomática y económica y combatiendo la impunidad», ha apostillado el máximo responsable de Naciones Unidas.