Por Víctor Barrera
La semana pasada la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informo sobre las finanzas y la deuda pública. Señalo que existe una caída en términos reales de 1.1 por ciento en la captación del Impuestos especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) debido a un menor cobro por combustibles en nivel de 2 por ciento, mientras que los ingresos petroleros cayeron en 14 por ciento debido a una menor producción en el país.
Los ingresos no tributarios, que son inversiones, ingresos provenientes de las empresas públicas y el pago de servicios, cayeron en 5.8 por ciento. Todo esto dejo un 17 por ciento menos en el gasto público.
Sobre la deuda neta del país, señalo la SHCP que esta asciende a 15 billones 446 mil 600 millones de pesos, de esta el 83 por ciento es deuda interna.
Esto significa que el gobierno federal recauda menos, pero gasta más y así lo confirmó la SHCP al expresar que sigue priorizando los programas sociales y el refinanciamiento de la deuda, Es decir se siguen recursos, más con objetivos electorales, aun cuando no se crea riqueza en el país, y en cuanto el refinanciamiento se hace todo lo posible para patear el bote de la deuda 30 años más, para hacer frente a la misma.
A esto deberemos sumar que, con las decisiones que ha tomado Donald Trump, y la falta de estas de parte de Claudia Sheinbaum, México está ya en una recesión, aun cuando no lo quiera reconocer el gobierno federal.
Todo esto es que en seis años y medio de la Cuarta Transformación solo ha mostrado su incapacidad para crear riqueza para tener crecimientos económicos. Si no todo lo contrarios.
Ahora en este sexenio, seguiremos con crecimientos menores al punto porcentual por dos o tres años más y la segunda parte del sexenio no alcanzaremos siquiera un crecimiento de 2 por ciento.
Esto significa que México vamos hacia atrás, aumentando la pobreza y dejando en muy pocas manos la riqueza.
Los nubarrones sobre el presente y futuro de México son muy grises y esto se podrían peor si la encargada de aplicar estrategias para el crecimiento económico, simplemente se sienta a esperar que el tiempo ponga las cosas en su lugar, no establece estrategias para fortalecer el mercado interno y el sector exportador del país.
Varias veces he señalado, que, dejando las cosas sin cambiarlas, estas llegaran en un determinado tiempo a un punto, más malo que bueno, y mientras no se apliquen estrategias para fortalecer el mercado interno, más allá de la entrega de programas sociales, México seguirá observando crecimientos bajos y una dependencia importante con el mercado de estados Unidos.
Este gobierno ha utilizado muchas veces el termino de soberanía, pero no lo aplica en buscar la autosuficiencia alimentaria y de producción a favor de establecer mejores condiciones para atraer inversiones, que forman parte de ese apartado de ingresos no tributarios, para crear riqueza.
Si el gobierno sigue obsequiando recursos, que son solo paliativos, al término del sexenio nuestra economía presentará un crecimiento de su deuda interior y como consecuencia de su deuda neta.
Tener finanzas sanas no es solo alargar los tiempos de pagos de la deuda, sino disminuir el monto de la misma. Tener finanzas sanas es reactivar el círculo virtuoso de la economía, donde la producción proviene de cadenas productivas fuertes, que cada uno de los procesos inyecta plusvalías y que termina con la exportación de nuestros productos al mercado con la seguridad que se obtendrán mejores ventas.
Esto generaría riqueza para reinvertir en los sectores productivos, genera empleos y aun mejor generar mejores salarios que disminuyan el monto del os programas sociales.
Es fácil señalar que México va bien, lo difícil es tratar de ocultar las cifras que muestran todo lo contrario.