Por Víctor Barrera
Claudia Sheinbaum está muy lejos de poder aspirar a pasar a la historia como la mejor titular del poder Ejecutivo en el país si mantiene la continuidad de un modelo político que demostró su ineficacia para el país.
Pero tampoco ha mostrado ese liderazgo de los presidentes anteriores, quienes desde el primer día tomaban sus decisiones y no permitían que nadie interviniese en ellas sino eran para aplicarlas
Esto no le ha permitido tomar decisiones en cuanto al rumbo que debe tomar el país, porque son necesarios recursos económicos y no los hay. El país empezó este 2025 con muy pocos recursos y estos solo van incrementado en medida que la SHCP y en específico el SAT inicia el trabajo de recaudación fiscal. Esto debido a que, a principios del año pasado, se gastó mucho dinero para que Morena y sus aliados ganaran las elecciones y tener el carro completo en los puestos púbicos más importantes disputados ese año, por fortuna esto no se logró.
Ahora ante las decisiones de otro presidente populista como lo es Donald Trump, México ha quedado entrampado entre mantener la continuidad de la política que plantea la 4T o darle un rumbo distinto.
Es decir, México está en el dilema de someterse a uno de los países más poderosos económicamente en el mundo o cambiar el rumbo del país, lo que significaría romper de alguna forma de la 4T.
Es decir, estar en contra de la globalización neoliberal que se creó a partir de la década de los 80 del siglo pasado o retraerse en el nacionalismo proteccionista que vivimos en México durante los últimos años de los 60 y toda la década de los 70.
Pero decidirse por alguna de las dos, significa retomar los equilibrios entre el capital y la política que era precisamente lo que tuvimos durante finales de la década de los 90 hasta la el sexenio anterior, cuando se desapareció todo esto y vamos rumbo a un autoritarismo donde un solo grupo tendrá el poder económico y político, mientras que la gran mayoría solo serán testigos de ello enganchados en la pobreza.
Porque lo que se construyó pensando en un modelo democrático, con libertad económica y un fuerte Estado de Derecho se convirtió, en tan solo seis años, en un capitalismo de cuates, donde la riqueza es concentrada en pocas manos , principalmente los allegados al poder y con ello se cancelo todo crecimiento económico real que es la base de un desarrollo como país.
Si que Claudia Sheinbaum deberá decidir entre mantenernos en la integración de una zona económica exportadora con el cliente más importante del mundo o mirar hacia el sur del país, con el sueño bolivariano que no promete la misma cantidad de crecimiento económico.
A esto debemos sumar que Claudia Sheinbaum no tiene el apoyo de todos sus correligionarios políticos, porque muchos de ellos fueron fuertes oponentes para la candidatura presidencial o buscan seguir manteniendo sus espacios de poder en sus estados.
Además, aderezado con el empobrecimiento social y el resurgimiento de los privilegios monopólicos. Ante esto Sheinbaum deberá mostrar su altura como estratega político y estadista social a favor de la población y no solo de un grupo de personas que medio comparten su ideología.