Por Víctor Barrera

El gobierno mexicano no sabe como tratar de bajar la presión que el gobierno de Estados Unidos aplica ante las ocurrencias del presidente Donald Trump. Claudia Sheinbaum y su equipo no saben si se avanza en obtener una relación más equitativa  o no y esto crea incertidumbre

Mientras que un día asegura que Claudia Sheinbaum es una buena presidenta, al día siguiente su gobierno aplica una medida unilateral que implica el desconcierto del gobierno mexicano.

Sabemos que Donald Trump busca por todos los caminos, empoderar nuevamente a su nación en el tema armamentista y para ello es necesario tener recursos suficientes para seguir elaborando esas armas y el mandatario norteamericano sabe que la única forma es a través de aplicar aranceles que dejan muchos recursos disponibles.

Ahora, cuando esta guerra comercial empieza a tomar otro rumbo, tanto China como Estados Unidos establecen acuerdos de beneficio para ambas naciones, México sigue en espera de revisar el T-MEC o en su caso crear un acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos.

De hecho el secretario de economía, Marcelo Ebrard, ha manifestado que será en la segunda mitad, a quince días, cuando se inicien los acercamientos para las conversiones que permitan revisar el tratado comercial y confía que este continue, en beneficio de la zona economía que ya se ha establecido.

Así, México ha mostrado debilidades que Estados Unidos aprovecha para acertar golpes y con ello sacar un beneficio favorable. En tanto México solo se tropieza ante la dificultad de poder mover una política publica heredada que hace mucho daño.

Esto ha quedado demostrado ante la estrategia fallida aplicada por el sexenio anterior para combatir a los grupos criminales, que solamente dejo que estos grupos expandieran su poder en el territorio nacional y que ahora busquen un mayor crecimiento, creando conflictos en muchos estados del país, inhibiendo con ello el desarrollo y crecimiento económico de esas entidades y sus pobladores.

Así por más que el Gobierno actual señale que el combate a los grupos criminales ha empezado a dar resultados positivos, la herencia dejada,  donde muchos políticos se ha visto favorecidos  al negociar con estos grupos criminales, de diferentes formas, el problema no podrá resolverse por completo sino se aprende a esos políticos y deshacer esos vínculos que hacen daño al país.

Esto es aprovechado por Estados Unidos, que en diagnostico asegura que gran parte de la clase política es cómplice de esos grupos criminales, lo que les ha dado fortaleza para poder entrar al territorio norteamericano dañando a la población de este país.

Bajo un populismo, Donald Trump culpa de los males sociales a México, como si el problema fuera unilateral, y el gobierno mexicano no deja de cobijar a estos grupos criminales impidiendo que se realice un trabajo coordinado para atacar desde las esferas políticas a esos grupos criminales.

Esto ofrece el ingrediente principal para que , cada ve que puede, el gobierno de Trump dé un golpe a la economía mexicana y exhiba esa llamada narcopolítica . Ahora  revocando visas a políticos de interés para Estados Unidos.

Esto también servirá para en la revisión y renegociación del T-MEC, para que el país vecino mejore sus beneficios.

Por todo esto, es necesario que el Gobierno mexicano piense si vale la pena seguir recibiendo golpes o se atreverá a empezar a desmantelar estas relaciones que a nivel internacional también pueden tener efectos negativos, como la entradas de inversiones extranjeras y la oportunidad de seguir sacando beneficios económicos del sector turismo y de servicios.

Sheinbaum esta a tiempo de resolver y echar para atrás todo eso que condena a México a seguir siendo “la piñata” del gobierno norteamericano.