Ronald Johnson, el mensaje de Trump al gobierno mexicano.

Por Víctor Barrera

El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, presentó sus cartas credenciales a Claudia Sheinbaum y con ello se inicia una nueva etapa respecto a la relación que esta oficina del gobierno norteamericano tendrá con México.

Probablemente es necesario saber cual ha sido el desarrollo laboral del nuevo embajador para saber el porqué Donald Trump lo propuso y el Congreso norteamericano lo aprobó.

Resulta que el ahora embajador, toda su vida ha trabajado en operaciones de corte militar y dentro de las áreas de seguridad,. Esto significa que la relación con el nuevo embajador será muy distinta a la que el anterior gobierno llevó con el embajador Ken Salazar, donde las visitas casi diarias, a Palacio Nacional, se convirtieron en comentarios de mesa, manifestando que de alguna manera la relación México -Estados Unidos era totalmente cercana y amistosa. Hasta que se tuvo que tocar el tema del narcotráfico,  y ahí se termino la «lunade miel»   entre ambos gobiernos.

Hoy el  presidente Donald Trump busca que el gobierno mexicano acepte la clasificación  de terroristas,  a los cárteles del narcotráfico, con el objetivo  de emprender una estrategia conjunta para erradicarlos.

Sin embargo, el gobierno mexicano sigue mostrando que el combate a estos grupos criminales se realiza en relación a desarticular sus laboratorios y decomisos de productos, pero no ha llegado capturar a algunas de las cabezas importantes de estos grupos y se ha conformado en presentar operadores de estos grupos.

Esto con el objetivo de mostrar al gobierno norteamericano que la lucha contra estos grupos es directa. Pero todo indica que Donald Trump no esta conforme con esta “nueva estrategia” implementada , porque  él prefiere atacar no solo as esos grupos, sino también a  los personajes de la política mexicana que se han coludido con estos grupos y que les han permitido tener una Carta de Corso, para poder hacer lo que ellos quieran en una parte importante del territorio nacional.

Donald Trump piensa que el gobierno mexicano tiene una importante cantidad de flancos abiertos y por tal motivo deberán cerrarse a través de ese l trabajo coordinado entre ambas naciones y por supuesto de la voluntad del gobierno mexicano para llevarlo a cabo para acabar con muchos problemas.

Entre estos es precisamente romper ese nexo existente entre la política y los narcotraficantes. Situación que ha mencionado muchas veces el presidente norteamericano y por ello ha iniciado una serie acciones para obligar al gobierno mexicano   a ceder hasta lograr que Estados Unidos entre al combate directo a estos grupos..

Lo que es un hecho es que estos cárteles del narcotráfico avanzan cada vez en el dominio de territorio nacional, esto a través de ir dominado a comunidades infundiendo temor y resquebrajando su vida cotidiana al grado de ir colocando a personajes afines a ellos en puestos públicos importantes, que allanen el camino para administrar esos espacios.

A pesar de que se intenta señalar que se combate a estos grupos, difícilmente vemos que e ataque a aquellos personajes que han abierto la puerta a estos grupos, claro esta algunos bajo amenazas, otros porque son puestos por los mismos grupos delincuenciales o porque deben pagar el “favor” del apoyo mostrado por estos grupos y esto genera desconfianza para el gobierno norteamericano.

Esto por supuesto obliga al gobierno norteamericano a colocar a un embajador dedicado más a  trabajos de seguridad que de relaciones diplomáticas con el objetivo empezar a establecer la estrategia de combate.

Ronald Johnson viene México no a establecer una amistad, sino a procurar que se escuche de manera directa las necesidades de Trump, que se entienda que México seguirá siendo presionado si no ataca a esa clase política corrupta que se mantiene y que hace mucho daño.

Estados Unidos no se conformará con los decomisos y detención de operadores, ahora quiere a esos brazos que con el poder político siguen ofreciendo las condiciones para que se instalen esos laboratorios clandestinos que fabrican estupefacientes en México.

Las cosas empiezan a cambiar y el gobierno mexicano debe dar una lectura clara a esto si es que quiere evitar más presión. Estados Unidos mantiene una investigación sobre ciertos actores de la política mexicana y posiblemente lo seguirán demostrando con varias acciones como el retiro de las visas o la posibilidad de atraparlos como lo hicieron con el Mayo Zambada, a través de un operativo legal dentro de su territorio.

Ronald Johnson es otro llamado al gobierno mexicano y a los políticos para que dejen de coludirse con el crimen organizado, o de lo contrario las presiones seguirán latentes deteriorando la economía mexicana que se mantiene por alfileres frágiles y que podrían caerse