Un oficial israelí confirmó ayer que casi todos los pelotones utilizan a los palestinos como escudos humanos para proteger a sus elementos de minas y hombres armados al realizar incursiones en la franja de Gaza.
Dos soldados israelíes que hablaron con la agencia informativa Ap, y un tercero que proporcionó su testimonio a Breaking the Silence (un grupo de denunciantes de ex soldados israelíes que recopila información sobre esta práctica desde dentro del ejército), expusieron que los comandantes estaban al tanto de estas acciones y las toleraban, incluso con mandos dando órdenes de hacerlo; algunos militares declararon que la denominaron protocolo del mosquito y que ubicaban a los palestinos como avispas y otros términos deshumanizantes.
Una vez que se inició esta idea, se propagó como el fuego en un campo, señaló un joven oficial de 26 años, quien también explicó que al final de sus nueve meses en Gaza, cada unidad de infantería usaba a un palestino para revisar las casas antes de entrar.
Asimismo, describió una reunión de planificación en 2024 donde un comandante de brigada presentó al comandante de división una diapositiva que decía consigue un mosquito, y una sugerencia de que podrían simplemente atrapar uno en las calles.
Un soldado comentó a Ap que su unidad intentó negarse a usar escudos humanos a mediados del año pasado, pero les dijeron que no tenían opción y que un oficial de alto rango les aseguró que no debían preocuparse por el derecho humanitario internacional.
Vestido con ropa de camuflaje del ejército y con una cámara fijada en la frente, el palestino gazatí Ayman Abu Hamadan fue obligado a entrar en casas en el enclave para asegurarse de que estuvieran libres de bombas y hombres armados, comentó. Cuando una unidad terminaba con él, lo pasaban a la siguiente.
“Me golpearon y me dijeron: ‘No tienes otra opción; haz esto o te mataremos’”, relató el hombre de 36 años al tiempo que describió las dos semanas y media que estuvo retenido el verano pasado por el ejército israelí en el norte del enclave palestino.
En respuesta a estas acusaciones, el ejército israelí sostuvo en comunicado que prohíbe estrictamente el uso de civiles como escudos, y queinvestiga varios casos en el que misiones castrenses de Tel Aviv involucraron a gazatíes, pero no proporcionó detalles; tampoco respondió preguntas sobre el alcance de la práctica o cualquier orden de los oficiales al mando.
Los bombardeos israelíes continuaron implacables ayer y dejaron al menos 80 muertos, entre estos, nueve de los 10 hijos de una pareja de médicos que se encontraba salvando vidas en el hospital Nasser, ubicado en Jan Yunis.
Alaa Najjar, pediatra de 38 años, estaba de guardia en el momento del ataque y corrió a su casa, pero la encontró en llamas, narró Ahmad al Farra, jefe del departamento pediátrico del nosocomio, en tanto, Khalil al Dokran, vocero del ministerio de Salud gazatí, anunció que dos de los niños permanecían bajo los escombros.
Jan Yunis es una zona de combate peligrosa de la que se había ordenado la evacuación de los civiles por su seguridad antes del inicio de las operaciones terrestres, justificaron las fuerzas armadas de Tel Aviv, tras añadir que investigan el bombardeo de un dron en la zona y en la que fueron eliminados los menores.
Ahmad al Farra, contó a CNN que Najjar continúa con su trabajo a pesar de la pérdida de sus hijos, mientras monitorea y asiste a su esposo y al único hijo que sobrevivió, Adam, de 11 años.
Youssef Abu al Reesh, alto funcionario de sanidad, expuso que la doctora llegó al centro de salud, erguida, tranquila, paciente, serena, con una mirada de aceptación. No se oían más que suaves murmullos de (glorificación de Dios) y (búsqueda de perdón), según el medio estadunidense.
La cartera de Salud gazatí aseguró ayer que se elevó a 53 mil 901 el número de víctimas mortales desde octubre de 2023; asimismo, publicó esta semana una lista con más de 16 mil niños palestinos identificados que fueron abatidos por la ofensiva israelí.
De acuerdo con el medio antiwar.com, el registro contabilizó 917 bebés que no llegaron a su primer cumpleaños; 4 mil 365 niños de entre uno y cinco años; 6 mil 101 entre seis y 12 años, y 5 mil 124 entre 13 y 17 años.
La lista de casi 500 páginas integró datos específicos como: nombres, números de identificación, fechas de nacimiento, edades y cómo se confirmó el deceso de los infantes, ya sea mediante los propios registros de la cartera o informes de sus familias.