El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) aprobó el plan de reemplazamiento del satélite Bicentenario, un aparato puesto en órbita en diciembre del año 2012 y desde la posición orbital geoestacionaria 114.9° Longitud Oeste.
El plan de reemplazo es dirigido por Financiera para el Bienestar, que conforme las promesas de conectividad del actual gobierno federal tienen la misión de colocar un nuevo satélite en el lugar del Bicentenario para después del segundo semestre del año 2027.
El IFT aprobó al plan de reemplazo presentado por Financiera del Bienestar, pero con la obligación de que esa empresa estatal presente informes semestrales que detallen los avances en el diseño, construcción y puesta en operación del nuevo satélite.
Esto porque el tiempo en que estaría el satélite en órbita es amplio y podría ocurrir que el plan de Financiera para el Bienestar cambie para ser totalmente distinto al presentado y aprobado por el IFT en 2025.
“Se considera que debido a que el inicio y conclusión de la ejecución del plan presentado llevará años, y que en este periodo se pueden presentar situaciones de diferente índole que por consecuencia requiera modificarlo, se considera necesario establecer obligaciones a Financiar para el Bienestar”, dijo la autoridad.
El IFT también impuso la obligación de que cada cambio que pretenda hacer en el futuro Financiera del Bienestar al plan de reemplazo ya aprobado, deberá ser acompañado de una solicitud formal de modificación.
De esta manera, el IFT impone a Financiera del Bienestar a informar periódicamente, cada seis meses, sobre los avances en fabricación y trabajos para el lanzamiento del nuevo satélite, y de entro de esa información deberá haber transparencia sobre la celebración de contratos que indique, por ejemplo, el nombre del fabricante del nuevo satélite, la empresa responsable del lanzamiento o las características técnicas del aparato.
“Como segunda obligación, se impone a Financiera para el Bienestar la solicitud de autorización para la modificación del plan de reemplazo en los casos en los que se presente cualquier circunstancia que implique cambios en las características del satélite de reemplazo, particularmente las relacionadas con las bandas de frecuencia que tendrá éste, así como las fechas referentes al lanzamiento, puesta en órbita y llegada a la posición orbital geoestacionaria 114.9° longitud Oeste del satélite de reemplazo”, informó el IFT.
Se desconoce todavía si la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) respaldará estas disposiciones del IFT, luego de que la primera entidad sustituirá al Instituto Federal de Telecomunicaciones en los siguientes meses como órgano regulador de las telecomunicaciones en México.
A través de la empresa estatal Financiera para el Bienestar, antes Telecomunicaciones de México (Telecomm), el gobierno opera satélites para satisfacer necesidades de seguridad nacional y meteorologías, y también para apoyar la cobertura de servicios de telecomunicaciones.
Según Financiera para el Bienestar, el satélite de reemplazo mantendrá las mismas características y especificaciones técnicas que el satélite Bicentenario, por lo que contaría con la capacidad de proveer servicios en las bandas de frecuencias Ku extendida y C extendida.
El satélite Bicentenario cuenta con una esperanza de vida estimada de 15 años, lo que significa que México se enfrenta hoy a la necesidad de renovar su flota satelital. Y de acuerdo con estimaciones de la propia industria, colocar un aparato de estos en órbita, desde su diseño y fabricación hasta su lanzamiento, tiene un costo económico de entre 1,700 y 2,000 millones de dólares.
En diciembre del año 2012, entre los gobiernos del panista Felipe Calderón y del priista Enrique Peña Nieto, se lanzó el satélite Bicentenario, con un costo estimado de 21,000 millones de pesos de esa época.