Por Víctor Barrera
“No somos iguales”, mencionó durante su, fatídico, sexenio el originario de Macuspana, para crear una narrativa que abría un cambio, donde la corrupción no estaría presente en el gobierno federal, tampoco la trampa política porque ellos apostaban por la democracia y a través de otorgar recursos cobijado bajo el manto de “programas sociales” se compraba la voluntad de muchos mexicanos.
El resultado de todo esto se ha coronado con la elección de una primera parte del Poder Judicial, que nos muestra claramente la construcción de un nuevo régimen político en el país.
Y aunque desde la óptica de la democracia, el evento resulto un fracaso por el porcentaje de ciudadanos que salieron a votar, para Claudia Sheinbaum, su antecesor y remoras de Morena, esto fue un éxito, porque se logro legitimar el cambio en el Poder Judicial, y quedo claro que la intención principal fue para quitar a los ministros de la Corte que estorbaban en el proyecto y colocar a incondicionales que aun cuando no estén afiliados a Morena coinciden con su ideología.
Y aun cuando no se sabe con exactitud el rumbo que tendrá la justicia en México, si se logró concretar la venganza del Mesías tabasqueño en contra de un poder que se resistió a ser doblegado.
Esta venganza, perdón, reforma constitucional forma parte de un total de 20 que dejó como tarea el Macuspano al poder Legislativo, que con una mayoría a aplastante de Morena aliados en menos de un año aprobaron las reformas, porque fue mandato de una persona y no del pueblo sabio y pobre.
Así que, más allá de las necesidades del pueblo sabio y pobre estaban por encima la creación de esta nueva condición política que es regresar al partido hegemónico, pero eliminando todo aquel organismo que pidiera rendición de cuentas y concentrar todo el poder en una persona.
Ahora se buscará aprobar una nueva Constitución Política encaminada a establecer que el pueblo sabio y pobre es solo una masa uniforme que podrá utilizarse para legitimar cualquier acto del Ejecutivo so pena de perder los privilegios de contar con programas sociales que permiten a ese pueblo sobrevivir mientras observa quela nueva clase política se convierte en millonaria.
Así Morena, como partido hegemónico, seguirá invisibilizando a la oposición porque sabe que tendrá el poder por muchas décadas, mientras que el pueblo sabio no abra nuevamente los ojos y lo derroque como lo hiciera con el PRI en el 2000.
La soberbia de Morena, que habla el PT, podría ser el factor en contra de ese Movimiento, porque todos los que lo integran quieren un pedazo grande el pastel y esto lo podría llevar a la derrota, como ha empezado a suceder en Durango y Veracruz, donde la fuerza de Morena se vio impactada, perdiendo una cantidad importante de municipios que gobernaba anteriormente.
Las tribus que heredo del PRD sumado a las ambiciones de los viejos priistas y panistas, hacen de morena un movimiento que en su interior tiene a sus enemigos y que los conflicto internos han llegado al rompimiento como sucedió en Veracruz con el PT.
El fracaso de Morena en los comicios locales de Durango y Veracruz tiene un nombre y es Andrés Manuel López Beltrán quine demostró su incapacidad para cohesionar a Morena y partidos aliados y esto podría restarle la fuerza para llegar en el 2030 como candidato presidencial, sueño del mesías tabasqueño.
Sin embargo, aun queda la reforma electoral que será acomodada para que en el 2030 se gane nuevamente el poder Ejecutivo en la persona de López Beltrán.
El camino esta trazado ahora será cuestión de que el pueblo sabio y pobre abra los ojos para impedirlo o se sumerja en el confort de recibir migajas para sobrevivir..