«Tienen razón los colectivos, se debe investigar»: Sheinbaum sobre casos de niñas que fueron madres

El embarazo infantil forma parte de la estructura de violencia de género en México y, pese a todos los esfuerzos de política pública y de la sociedad civil, en el país todavía hay niñas convirtiéndose en madres.  

Durante conferencia de prensa, Claudia Sheinbaum fue cuestionada por los casos expuestos en un listado viralizado por colectivos feministas sobre nacimientos registrados en donde las madres son niñas de entre 10 y 12 años.

“Claro que se tienen que investigar y pueden ser casos de delito penal”, dijo Claudia Sheinbaum ante la pregunta de una reportera sobre las medidas que se tomarán.

La presidenta aclaró que los colectivos que han compartido esta información “tienen razón” en cuestionar el abuso que existe en todos los casos de embarazo infantil y agregó que las leyes protegen siempre a las menores de edad.

En días pasados, Olga Sánchez Cordero también se pronunció al respecto; sosteniendo que el aborto debe ser despenalizado en todas las entidades federativas del país.

“¡La interrupción legal del embarazo debería estar regulada en todos los códigos penales del país y proceder aún sin el acompañamiento de los padres cuando sea una niña o adolescente!”, escribió la reconocida jurista en su cuenta de X.

El listado, difundido por distintas organizaciones feministas, fue elaborado por una divulgadora de datos y presenta cifras de la Secretaría de Salud federal. Expone los 30 casos de nacimientos en donde las madres se registraron como niñas de apenas 10 y 12 años.

La publicación, además, expone los casos de embarazo infantil en donde se conocen las edades de quien se registró como el padre en el nacimiento. En la mayoría de los casos son hombres adultos de entre 30 y hasta 65 años.

En una segunda tabla se presentan otros 30 casos en donde, si bien las madres son mayores de edad, los registrados como padres tienen 50 y hasta 75 años más que ellas.

Los embarazos infantiles y adolescentes no son un problema de salud pública, sino una limitante para el ejercicio pleno y efectivo de los derechos de las mujeres. De acuerdo con la Secretaría de las Mujeres (antes Inmujeres), “el embarazo en las y los adolescentes afecta negativamente la salud, la permanencia en la escuela, los ingresos presentes y futuros, el acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales especializadas y de calidad y el desarrollo humano”.

La Unicef además alerta que un embarazo en una niña menor a 15 años debe llamar la atención de todos los agentes involucrados, desde las autoridades sanitarias hasta las jurídicas por el contexto implícito del hecho y por los riesgos que conlleva.

«El embarazo de una niña o adolescente menor de 15 años es una de las problemáticas que exige atención integral, ya que se trata de un momento en el que no está biológicamente madura ni psicológicamente preparada para un embarazo. Existen riesgos físicos para la gestante, como prematuridad y mayor peligro de muerte, y también diversas implicancias emocionales y psicológicas. Asimismo, tiene consecuencias sociales gravosas debido a que afecta la posibilidad de ejercer su derecho a la educación, las convierte, de un día para otro, en adultas en tanto tienen que asumir responsabilidades que no son propias de su edad, y les coarta el acceso a muchas oportunidades de desarrollo laboral y personal», establece el reporte Abuso sexual y embarazo forzado en la niñez y adolescencia del Unicef.