La extorsión un delito que en ocasiones concluye con homicidio

Por Víctor Barrera

Sin lugar a dudas que el problema de la violencia y lo de ella deriva, extorsión, secuestros hasta homicidios dolosos, es el principal factor que inhibe la entrada y aplicación de inversión en el país.

Y aun cuando las autoridades federales mexicanas han querido imponer la narrativa de que se está extendiendo una estrategia en contra de la inseguridad en México, esta únicamente está en detectar algunas de las empresas, laboratorios, que las organizaciones del crimen establecen en diferentes partes del país para elaborar el fentanilo, principal droga que ahora proporciona ganancias espectaculares a esas organizaciones.

Se decomisan cantidades enormes de esta droga, pero no se atrapan a los verdaderos originadores de la misma, lo que significa que aun cuando se pretenda manifestar que con ello la violencia empieza a disminuir, esto no es cierto.

Aseguran las autoridades, que el secuestro, la extorsión y los homicidios dolosos empiezan a disminuir en el país, pero la realidad es que estos no se reflejan, porque la gente que lamentablemente sufre estos actos de violencia y crimen no denuncia porque el temor a una represalia de parte de los violentadores es mucho más fuerte en el sentir de la gente.

Desde hace años, la extorsión, vía telefónica o a través del cobro de piso o secuestro, han existido en el país, pero no es combatida por la falta de denuncia y cuando esta se realiza, lamentablemente la actuación de los cuerpos de seguridad deja mucho que desear, victimizando aún más a las personas que fueron violentadas.

La forma en la cual los criminales actúan contra la gente para infundir temor es altamente conocida, pero la denuncia no se hace, porque la gente prefiere evitar que estos violentados actúen con consecuencias lamentables.

Las famosas llamadas de extorsión, donde se realizan secuestros exprés, en algunas ocasiones son tomadas a la ligera, porque las formas son burdas, pero cuando los datos personales privados salen a relucir, la gente entra en terror y prefieren pagar o hacer lo que los criminales les dicen que acudir a las autoridades, quienes no actúan de inmediato, porque necesitan datos claros y precisos de los hechos o las amenazas.

Esto es tomado como una ventaja para que este tipo de crimen se mantenga sin que sea castigado a quien lo comete.

La extorsión en sus diferentes modalidades ahora será analizada por una iniciativa que Claudia Sheinbaum enviará al Congreso de la Unión para que los legisladores realicen las modificaciones legales y aprueben sanciones que puedan inhibir que se cometa el delito. Esperamos que “los llamados representantes populares”, en realidad analicen la iniciativa y se realicen las modificaciones de ley para proteger a la población de estos delitos.

Deberán establecerse sanciones que verdaderamente sean contundentes para que quien realiza estos actos, lo piense dos veces, y en la cabeza de muchos mexicanos empieza a renacer la idea de que podría llegarse a implementar nuevamente la pena de muerte, aunque muchos de los legisladores señalen que no están de acuerdo con ello. Pero si los criminales no se tientan el corazón para preocupar a la gente y en muchos de los casos para concluir sus actos con violencia, la pregunta es ¿Qué impide a imponer esa sanción como última instancia para castigar a quienes, terminan asesinando a la gente? Estos crimínales no se tocan el corazón para realizar ese acto.

Recordemos que la extorsión es solamente el vehículo que puede llevar al homicidio y si no paramos la extorsión, los homicidios seguirán estando presentes en nuestro país.

Es cuestión que se analicen bien las cosas, pero agrandes males, grandes remedios.