La bilateralidad comercial también es una oportunidad para México

Por Víctor Barrera

Todo indica que, al menos en América y específicamente América del Norte, el T-MEC puede desparecer para dar paso a los acuerdos bilaterales entre los tres países. Algo que debe ser aprovechado por el gobierno federal mexicano para que inicie la reactivación de los diversos Tratados, Acuerdos y Alianzas comerciales que se han firmado con otras naciones.

Claudia Sheinbaum y su equipo deberán empezar a analizar el crecimiento comercial de México desde esta posibilidad y no aferrarse a que el T-MEC se mantenga, porque Donald Trump es una persona se mueve por ocurrencias y en busca de favorecer principalmente a su país..

Si México quiere mantener un bloque comercial en América del Norte, será demasiado difícil y deberá entender que esto es algo que ya no existe en el pensamiento y actuar de Donald Trump.

México mantiene ventajas importantes que deberá explotar a favor de seguir con el desarrollo de infraestructura y por supuesto del crecimiento económico. Un factor de esta ventaja es la vecindad con Estados Unidos, que es la principal potencia económica mundial, además de ser mercado importante de consumo.

Esta cercanía hace al territorio nacional bastante atractivo para que se aplique el nearshoring, es decir, esta ventaja inigualable.

También el territorio mexicano es basto en riquezas naturales, las cuales deberán cuidarse, porque estas riquezas se traducen también en un crecimiento del sector del turismo, servicios y comercio. Sector que hasta el 2018 presentó resultados positivos al incrementar el número de turistas al país.

El problema es que el Poder Legislativo, ha actuado de manera equivocada, y por querer quedar bien con el jefe único de Morena, y quien designa los puestos políticos, convirtieron al Legislativo en un servidor del gobierno y no a la población que, supuestamente representa.

Las modificaciones constitucionales y legales que ha realizado el Poder Legislativo no han sido las más adecuadas para atraer inversiones al país. Estas modificaciones parten de hacer a las empresas del estado, predominantes en el sector energético y eso hace pensar a los inversionistas si es conveniente colocar sus capitales en nuestro país. Si añadimos que el nuevo Poder Judicial, parte de que la mayoría de sus nuevos integrantes son afines a Morena o deberán quedar bien con el gobierno federal, para evitar perder esos puestos, Es decir sus decisiones de entrada están decantadas a favor de gobierno y Morena, eso inhibe la inversión en este sector.

En años recientes, empresas chinas han apostado por la transición energética de México, financiando parques solares, eólicos y centros de almacenamiento de energía en estados del norte como Sonora, Coahuila y Tamaulipas. Estas inversiones, autorizadas por la Comisión Reguladora de Energía, empatan con la agenda impulsada por la administración Sheinbaum para combatir el cambio climático y fortalecer la autosuficiencia energética.

Pero ante la postura de Trump de evitar que China sea superior a Estados Unidos, México queda en la disyuntiva de seguir aprobando el ingreso de esta inversión en el sector energético o simplemente poner el límite.

Así la incertidumbre vuelve a aparecer en este sector y el riesgo de que las guanacias no estén garantizadas, por la posibilidad de que el gobierno mexicano siga administrando este sector, hace que estas inversiones disminuyan y esto ralentiza el crecimiento del mismo en el país, porque no hay recursos públicos que puedan sustituir a la inversión privada.

El resultado es menor creación de empleos, no solo en el sector energético sino en todos los sectores, porque ante la imposibilidad de cubrir de energía eléctrica a todo el territorio, seguirá invirtiendo zonas del territorio nacional estancadas en su desarrollo.

La pobreza se incrementará porque sin empleos tampoco hay ingresos. Esto también impacta en el fortalecimiento del mercado interno del país y el desarrollo social.

Es por ello que para evitar esto, México debe aprovechar la oportunidad de realizar una negociación bilateral y acudir a ella proponiendo factores que le favorezcan y no permitir imposiciones.