Si hay algo que hoy no deja lugar a dudas es que exportar textiles desde México hacia Estados Unidos se ha vuelto más difícil desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Las barreras comerciales impuestas por el magnate, en su nueva gestión al frente del gobierno estadunidense, han recrudecido los controles fronterizos y ralentizado los procesos logísticos, afectando particularmente a sectores como el textil y de la moda.
De acuerdo con datos del Banco de México (Banxico), el valor de las exportaciones mexicanas de materiales textiles y sus manufacturas hacia Estados Unidos sufrió una caída de 11% en el comparativo anual.
Mientras que entre enero y mayo del año pasado estas ventas sumaron alrededor de 3 mil 331 millones de dólares, en el mismo periodo de este 2025 la cifra apenas alcanzó los 2 mil 967 millones. La baja deriva de las restricciones.
Desde su experiencia en asesorías a empresas del ramo, Mariana Madriz, consultora especializada en comercio exterior, logística y aduanas, explicó que ha detectado un endurecimiento operativo que se traduce en mayores tiempos de espera y, por consiguiente, en más costos para las firmas exportadoras.
“Operativamente se está volviendo más lento (…) Si a lo mejor nos tardábamos dos días en liberar mercancías, ahorita nos estamos tardando cinco. Eso pues sí le genera un impacto al importador o al exportador, porque ciertamente son costos adicionales que hay que tener en cuenta”, explicó en entrevista con Proceso en la edición 83 de Intermoda.
El escenario, asegura, ha llegado a superar en complicaciones incluso a los momentos más críticos de la pandemia de covid-19.
A diferencia de aquella emergencia sanitaria, donde la actividad aduanera se mantuvo activa y fluida pese a las restricciones sanitarias, ahora el comercio exterior enfrenta cuellos de botella más severos, señaló.
“El comercio exterior es tan importante que, aun habiendo una pandemia, nosotros veníamos trabajando 24/7; en la aduana no se paró. ¿Por qué? Porque tanto las importaciones como las exportaciones son importantes para mantener el estilo de vida de todas las personas”, subrayó Madriz.
No obstante, a pesar del momento restrictivo con Estados Unidos, han comenzado a emerger nuevas ventanas de oportunidad para los productos textiles mexicanos.
La consultora destacó que el sector está comenzando a explorar mercados alternativos, como el europeo—especialmente Italia— y también a Emiratos Árabes Unidos, donde hay una demanda creciente de moda, pero sin una industria textil consolidada.
“También me iría a países del África, por ejemplo, también a Emiratos Árabes, ellos no fabrican telas, pero consumen mucho”, señaló.
Según su análisis de mercado, economías como China e India, líderes mundiales en producción textil, no representan opciones viables, ya que, por su propia capacidad de manufactura, no aceptan insumos mexicanos.