Por Víctor Barrera

La responsabilidad de Claudia Sheinbaum es demostrar que, ellos son diferentes y que por lo tanto deberá trabajar para terminar con el flagelo del narcotráfico en el pais. Esto se ha convertido en una excusa del gobierno norteamericano para asestar golpes económicos al país a través de la aplicación de aranceles a los productos mexicanos que entran a esa nación.

Es cierto que el problema del narcotráfico no es nuevo y esto tiene años dentro del país, pero las estrategias que se han aplicado a este problema, de alguna manera lograron impedir que este llamado crimen organizado se encumbrará de una manera desmedida.

Pero a partir de unos años atrás, este crimen organizado empezó a mostrar su fortaleza económica impulsando a personajes a puestos públicos, para luego “cobrar la factura”. Esto ha motivado que el presidente Donald Trump pida al gobierno mexicano actue un poca más para combatir ese problema que daña a ambas naciones.

Porque ahora con este poder politico que empieza a desarrollar este problema no solo nos enteramos de que los cárteles del narcotráfico se han apoderado de una parte importante del país, algunos señalan que es una tercera parte, si no que ahora son muchos más las personas de la clase política que se encuentra involucrada con delito de distintas formas.

La historia ha mostrado cómo esos cárteles han venido dominando los espacios y van paso a paso convirtiéndose en un actor predorminante de la vida social, económica y política del país.

No ponemos en duda que muchos de los gobiernos del país han enfrentado el problema, sin embargo, la realidad nos muestra que, lamentablemente, se ha creado un nexo perverso entre la autoridad y los delincuentes.

Por ello la responsabilidad de Claudia Sheinbaum es de evitar que este nexo perverso se siga ampliando dejando a la población atrapada entre los enfrentamientos entre los carteles mismos o con las fuerzas del orden.

Debe recordarse que desde la campaña de López Obrador se afirmaba se tenía la estrategia adecuada para terminar con el problema, al arribar al poder su estrategia de “abrazos y no balazos” no fuel del todo efectiva.

Y así quedó demostrado con el incremento de mortandad que se presentó derivado principalmente de los enfrentamientos de los cárteles, siendo los jóvenes, quienes eran reclutados, las principales víctimas.

El problema sigue vigente y esperamos que Sheinbaum Pardo aplique una estrategia que vaya más allá de los notas mediáticas y los decomisos de droga sin personajes importantes.

Debemos pasar de culpar a las administraciones pasadas a una estrategia real que evite que esos cárteles sigan creciendo. Asumiendo que es la responsabilidad directa de quien ahora tiene el poder en el país, el mando de las fuerzas armadas nacionales y la obligación de establecer la paz social y la certidumbres social y jurídica dentro de México.