Por Víctor Barrera
El día de hoy México despierta para observar que Morena con su mayoría invisibiliza a una gran cantidad de mexicanos que son representados por los partidos de oposición. Y que ha esto se suma que el nuevo Poder Judicial tiene un enorme camino para recorrer en el aprendizaje.
Es cierto que los mexicanos en un 70 por ciento, aprueba a Claudia Sheinbaum, sin embargo, un 90 de la población siguen señalando a la inseguridad como un problema no resuelto y que afecta para alcanzar el bienestar y mejor calidad de vida.
Porque todos los días hay fallecimientos derivados de las luchas entre los grupos del crimen organizado por ganar mayor territorio dejando a la población en medio de estos enfrentamientos y muchos de ellos son alcanzados por las balas que a diestra y siniestran tiran los criminales.
En los municipios, muchos de los alcaldes siguen siendo extorsionados por esos grupos que se han presentado para mostrarles sus servicios de “seguridad” a cambio de recursos económicos o mantener al municipio en paz o de lo contrario, estos grupos inician los desmanes al interior del municipio poniendo a la población en contra del alcalde mismo.
Los ciudadanos también mantienen a la extorsión y robo como los principales factores que impiden el desarrollo y crecimiento de sus empresas, que en muchas ocasiones tiene que cerrar ante el asedio constante de los grupos delictivos.
Esto coloca al Poder Ejecutivo en un grave problema, porque seguir con estos altos índices de inseguridad podría ser un factor que empiece a debilitar a esa mayoría aplastante que representa Morena.
Por tanto y aunque el gobierno federal no quiera tocar ese problema, es uno de los que persisten y sus consecuencias son dolorosas para todo el país.
Si a esto sumamos que en nuevo Poder Judicial que entra en funciones, tendrá una curva de aprendizaje larga, porque no dudamos que muchos de estos nuevos integrantes del Poder Judicial tengan conocimiento en la materia, pero es más académica que práctica y por lo tanto tendrá que pasar un tiempo para que sepan como realizar un expediente suficiente para llegar a una decisión jurídica final.
Este tiempo, de aprendizaje, será enorme para los ciudadanos que aún no tiene resulto sus problemas por este poder y que mantendrá la zozobra entre seis o nueve meses, cuando ya empiece a laborar correctamente el Poder Judicial.
Porque aun cuando la gente de Morena expresa su confianza en este nuevo Poder Judicial, el tiempo que transcurra para llegar a un veredicto en cada caso podría ser relevante para las personas, empresas y por supuesto para el país en términos económicos y sociales.
Pese a ello en estos días solo emos observad que el actuar de quienes deben estar atentos para seguir evitando un deterior social y económico, está en nimiedades y no en los sustancial.
Por parte del Poder Ejecutivo, en su primer informe de gobierno, prefiere evitar tocar el tema de la inseguridad y resaltar los numero macroeconómicos, aquellos que antes detestaban pero que funciona para maquillar resultados, para asegurar que “vamos bien y nos ira mejor”. Como si por no tocar el tema, este desapareciera.
En el Poder Judicial, prefieren acudir a recibir una limpia para entrar con “pureza” a su nuevo cargo que iniciar su labor desde el primer día, por lo menos instrumentando una estrategia para tratar de sacar lo antes posible la infinidad de procesos y expedientes pendientes que dejan quienes salen de este poder.
En tanto el poder legislativo, no empiezan a realizar su trabajo para definir las leyes secundarías que son el reglamento con el cual deberá trabajar el nuevo Poder judicial, porque la mayoría parlamentaria estuvo más entretenida en evitar que un legislador o legisladora que no fuera de su partido se tomara la fotografía en os actos protocolarios del pasado 1 de septiembre. Esto provoco un extenuante trabajo que los llevo a decidir que los trabajos empezarán hasta el próximo 9 de septiembre, cuando se había prometido que el tema sobe la extorsión seria analizado desde el primer día de septiembre.
Así las cosas, nimiedades retrasan alcanzar los objetivos para tener un desarrollo económico y social adecuado para el bienestar y mejor calidad de vida de todos los que poblamos México.