La actriz francesa ganadora del Oscar por “El paciente inglés”, Juliette Binoche presentó este sábado 12 “In-I: In-Motion”, un documental con el que debuta como directora en la 23 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y fue Robert Redford, recién fallecido, quien la impulsó a crearlo.
La película duraba dos horas y media, pero Binoche (París, 1964) informó que le cortó media hora. Trata sobre un espectáculo de danza-teatro que ella misma protagonizó con el bailarín y coreógrafo británico Akram Khan. Su hermana, señaló, filmó los ensayos hacia 2007 y las últimas siete presentaciones del proyecto. Fueron, dice, 110 funciones que ofreció en muchas naciones, que terminaron en Nueva York, dónde la visitó Redford para manifestarle que debía realizar la película, y le subrayó:
La protagonista de “La insoportable levedad del ser” (1988) y “Tres colores: Azul” (1993) rememoró que rodaba una película en Londres cuando fue a que le dieran un masaje y la chica que la atendió le preguntó si quería bailar, y le expresó que sí. Luego la invitó a ver un espectáculo y se encontró con Khan y acordamos trabajar juntos en dos años. “Fue algo que sucedió de repente”, aclaró.
“Ese miedo es necesario, si no, no haces nada. Creamos el espectáculo en seis meses. Mi hermana filmó y guardé las cintas en un cajón. Permanecieron ahí 15 años. Y hace dos años un productor, Sebastián Fonseca, quiso conocerme y me preguntó si tenía algún proyecto. Y le respondí que lo único que tenía eran unas grabaciones y no sabía bien qué tenían. Disponía de 170 horas grabadas. Trabajé en la película durante dos años. Nada poseía en mente. Sabía que debía hacer algo cercano a la creación para mostrar algo íntimo y especial. Deseaba compartir lo que estaba dentro de mí”.
Manifestó que lo único que posee en su potencial, su sensibilidad y su capacidad de estar presente:
“No soy nadie. Simplemente estoy en un lugar muy especial y doy lo mejor que puedo, pero deseo ser libre. Eso es realmente lo que quiero. Quiero explorar la vida y compartir lo que hay en mí”.
Acentuó que “los directores poseen una forma propia de dirigir y de trabajar, y creo que se trata de aprender a tu manera. Sé tú mismo y no intentes imitar”. Después bromeó:
“La película está muy bien filmada por mi hermana. Es un negocio familiar. Mi hermano produce. Entonces, es un negocio familiar”.
Rememoró que su papá Jean-Marie, mimo, director y escultor, vivió en México alrededor de 10 años enseñando a jóvenes actores y dirigiendo obras con jóvenes actores. “Así que se siente maravilloso estar aquí”, resaltó.
“Mi intención con ‘In-I: In-Motion’ era que la gente entrara en lugares donde nunca había estado. Creo que tener una, dos o tres formas de arte es necesario porque te permite explorar diferentes lugares. La película nos permitirá ser más activos y artísticos en nuestras vidas. También hay una reflexión sobre el amor. Al principio, uno está lleno de esa necesidad y deseo de amar, y luego vienen las primeras decepciones y conflictos, pero aquí se muestra cómo transformar eso en otra capa de amor. Me esfuerzo al máximo, no soy perfecta, pero creo que nos corresponde elegir qué queremos aportar al mundo y cómo queremos participar”.
Binoche ha trabajado en cerca de setenta películas. Todo comenzó con “Rendez-vous”, de André Téchiné, que estrenó en La Croisette en 1985. Cuatro décadas después se ha convertido en una estrella internacional y ha inspirado colaboraciones y guiones inesperados a los que les tiene mucho cariño. En 2010 recibió el premio a Mejor Actriz en Cannes por su papel en “Certified Copy”, de Abbas Kiarostami. A su quinta película en la Selección Oficial del festival le siguieron otras cuatro, la más reciente, “The taste of things”, de Trân Anh Hùng (2023). Se pasea entre el cine, las series de televisión (“The staircase”, “The new look”), el teatro (con “Ivo van Hove”), la danza (cocreación con Akram Khan), la música (Alexandre Tharaud) y la pintura.