El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) tiene constancia de que al menos 17 niños murieron y 21 resultaron heridos este pasado sábado en el oeste de Sudán por el doble bombardeo atribuido a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) contra un centro de acogida de El Fasher, la asediada capital del estado de Darfur Norte, que costó la vida a un total aproximado de 60 civiles.
«Este devastador ataque contra niños y familias que ya estaban desplazados y buscaban seguridad es indignante», declaró Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF. «Matar y herir a niños constituye una grave violación de sus derechos, y los ataques contra civiles en lugares que se supone ofrecen seguridad y refugio son inadmisibles», ha añadido.
Las RSF negaron a última hora del sábado toda relación con el bombardeo. «Estas acusaciones son totalmente falsas y forman parte de una campaña sistemática de desinformación destinada a encubrir las derrotas en el campo de batalla sufridas por el ejército terrorista (de Sudán) y sus elementos mercenarios», hizo saber el grupo paramilitar, enfrentado desde abril de 2023 a los militares en un conflicto que ha devastado el país, en su cuenta de la plataforma Telegram.
«Acusaciones similares no son más que invenciones sin fundamento real y se ven desmentidas por los hechos y los testimonios de miles de civiles que abandonaron la ciudad después de que nuestras fuerzas les proporcionaran pasajes seguros y refugios temporales para proteger sus vidas», añadió.
UNICEF recuerda por contra que El Fasher ha estado sitiada por las RSF durante más de 500 días, «con severas restricciones a la circulación, el acceso a alimentos, agua y atención médica», y que «la población civil, incluidos numerosos niños, ha sufrido repetidos bombardeos y el deterioro de sus condiciones de vida».