El operativo “Caudal”, desplegado el 24 de octubre por autoridades estatales y federales para combatir el robo de agua en el Estado de México, desató una crisis laboral y de movilidad en la zona metropolitana.
Más de 200 trabajadores de purificadoras y operadores de pipas mantienen bloqueos desde la mañana de este lunes 27 de octubre en Eje 6 Sur, a la altura de avenida de las Torres y Ermita Iztapalapa, así como en carreteras clave del oriente y poniente del Valle de México.
Las autoridades también realizaron 142 cateos y aseguraron 322 pipas presuntamente ligadas a redes de distribución ilegal del líquido.
Mientras las autoridades del Estado de México sostienen que el objetivo es desmantelar el “huachicol del agua”, que encarecía el servicio y lo distribuía sin potabilizar, los trabajadores acusan que la medida los dejó sin sustento y sin alternativas para seguir operando.
“No somos huachicoleros, somos piperos”, se lee en las lonas que cubren camiones y purificadoras estacionadas sobre Eje 6 y Ermita.
Los inconformes demandan la reapertura de pozos o la instalación de puntos de abastecimiento a precio justo.
El cierre simultáneo de tomas y pozos afectó la operación de purificadoras en Iztapalapa, Iztacalco y municipios como Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Los Reyes La Paz y San Vicente Chicoloapan.
Aunque la alcaldía Iztapalapa informó que el operativo no impacta el suministro doméstico, reconoció que sí se vieron afectados hoteles, distribuidoras y purificadoras de agua que eran abastecidas por los operadores de pipas inconformes.
De acuerdo con reportes periodísticos, la demarcación envió pipas para surtir a negocios formales, mismas que quedaron detenidas por los bloqueos.
El impacto se extendió a los sistemas de transporte público. El Mexibús Línea 1 suspendió parte de su servicio, la Línea 2 pidió a los usuarios tomar precauciones y la Línea 3 opera con circuitos cortos en Chimalhuacán y Pantitlán.

