El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió una bienvenida real el lunes en Japón, en la última etapa de un viaje de cinco días por Asia que espera culminar con un acuerdo sobre una tregua en la guerra comercial con el presidente chino, Xi Jinping.
Trump, que realiza su viaje más largo al extranjero desde que asumió el cargo en enero, anunció una avalancha de acuerdos sobre comercio y minerales críticos con cuatro naciones del Sudeste Asiático durante su primera parada en Malasia y tiene previsto reunirse con Xi en Corea del Sur el jueves.
Los negociadores de las dos principales economías del mundo perfilaron el domingo un marco para un acuerdo que podría pausar los aranceles estadounidenses más elevados y los controles chinos sobre las exportaciones de tierras raras, según informaron funcionarios estadounidenses. La noticia disparó las bolsas asiáticas hasta máximos históricos.
«Tengo mucho respeto por el presidente Xi y creo que vamos a llegar a un acuerdo», dijo Trump a periodistas en el Air Force One antes de aterrizar en la capital japonesa, Tokio.
Ataviado con una corbata dorada y un traje azul, Trump levantó el puño varias veces antes de que su helicóptero lo llevara a un pintoresco recorrido nocturno por Tokio, con varias de sus torres iluminadas con el rojo, blanco y azul de la bandera estadounidense.
Más tarde se dirigió al Palacio Imperial, donde estrechó la mano y posó para fotografías con el emperador japonés Naruhito.
Miles de policías custodiaban Tokio después de que un hombre armado con un cuchillo fuera detenido el viernes frente a la embajada de Estados Unidos, y estaba prevista una protesta anti-Trump en el centro de Shinjuku.
Trump ya ha conseguido de Tokio una promesa de inversión de 550,000 millones de dólares a cambio de un respiro en los aranceles a la importación.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, y su par japonés, Ryosei Akazawa, artífices del acuerdo arancelario acordado en julio, hablaron de las redes eléctricas como un área potencial de inversión durante un almuerzo de sushi en Tokio a primera hora del lunes, informaron medios locales.
La primera ministra, Sanae Takaichi, espera impresionar aún más a Trump el martes con promesas de compra de camionetas, soja y gas estadounidenses, y anunciar un acuerdo sobre construcción naval, según dijeron a Reuters fuentes conocedoras de los planes.
Takaichi, que se convirtió en la primera ministra de Japón la semana pasada, dijo a Trump que el fortalecimiento de la alianza de sus países era su «máxima prioridad» en una llamada telefónica el sábado.
Trump dijo que estaba deseando reunirse con Takaichi, una estrecha aliada de su difunto amigo y compañero de golf, el exprimer ministro Shinzo Abe, y añadió: «Creo que va a ser genial».
Trump fue el primer líder extranjero en reunirse con Naruhito después de que llegara al trono en 2019, continuando una línea imperial que algunos dicen que es la monarquía hereditaria más antigua del mundo.
El papel de Naruhito es simbólico, y la diplomacia clave tendrá lugar con Takaichi el martes en el cercano palacio de Akasaka, donde Trump se reunió con Abe hace seis años y será recibido por una guardia de honor militar.
Trump tiene previsto partir el miércoles hacia Gyeongju en Corea del Sur, donde mantendrá conversaciones con el presidente Lee Jae-myung. Bessent dijo que el marco general de un acuerdo con Corea del Sur también estaba hecho, pero que no se cerraría esta semana.
La esperada reunión de Trump con Xi el jueves se producirá después de que Washington y Pekín hayan aumentado los aranceles sobre las exportaciones de la otra parte y hayan amenazado con detener el comercio de minerales y tecnologías críticas.
Ninguna de las partes espera un avance que restablezca los términos comerciales que existían antes del regreso de Trump al poder.

