La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) propuso cambios en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para lograr la autosuficiencia en la producción regional de acero.
En una carta dirigida a Daniel Watson, asistente de la Oficina del Hemisferio Occidental de la Representación Comercial de la Casa Blanca (USTR), Salvador Quesada, director general de la Canacero, expuso las justificaciones y las medidas para alcanzar esta meta.
Como preámbulo, refirió que una parte significativa del rápido desarrollo de China se basó en su industria siderúrgica, que en 2024 produjo 1,000 millones de toneladas, de las cuales 800 millones se destinaron al mercado interno. Esto demuestra la ventaja que China ya ha desarrollado.
“Lograr la autosuficiencia en la producción de acero en toda Norteamérica no es solo un objetivo industrial, sino un imperativo de seguridad nacional. Sin embargo, hoy en día, tanto Estados Unidos como México sufren un déficit de acero estructural que merma nuestra competitividad y expone a la región a vulnerabilidades externas”, dijo Quesada.
Para superar esta brecha, se requerirán importantes inversiones en ambos lados de la frontera. Reconociendo esta realidad, Quesada propuso que los marcos normativos del T-MEC deben permitir la importación temporal y estrictamente limitada de productos de acero semielaborados para garantizar una transición fluida hacia la autosuficiencia regional.
Para ello, esta flexibilidad debe aplicarse únicamente a los mercados nacionales y no al comercio regional de productos de acero, fomentando e incentivando así nuevas inversiones en capacidad siderúrgica en Norteamérica. Estas medidas “transitorias” son “vitales” para preservar la competitividad de la industria siderúrgica y, en última instancia, para salvaguardar la seguridad económica y nacional de la región.
Afortunadamente, agregó que ya se están realizando importantes inversiones en ambos países, aunque siguen estando muy por debajo de lo necesario para cerrar la brecha.
De acuerdo con datos de la Canacero, tan solo en 2024, Estados Unidos importó 20 millones de toneladas de acero y México 13 millones, de las cuales aproximadamente 16 millones procedían de Asia.
En 2024, la industria siderúrgica norteamericana operó a cerca de 75% de su capacidad, produciendo 106.1 millones de toneladas de acero crudo. El consumo regional alcanzó aproximadamente 130 millones de toneladas.
Adicionalmente, como ejemplos de la magnitud del desafío del consumo de acero en América del Norte, están las necesidades de manufactura, el desarrollo de una nueva industria de construcción naval, la nueva infraestructura y el fortalecimiento del equipo militar.
“Hoy, la aplicación de la Sección 232 a México lo debilita, y sin duda en caso de una emergencia nacional, México y Canadá son las únicas fuentes alternativas de suministro confiables”, cuestionó Quesada.
Entre los principios comunes, la Canacero destacó que el concepto de Fortaleza Norteamérica representa un compromiso colectivo de Estados Unidos, México y Canadá para salvaguardar la integridad del mercado siderúrgico regional frente a los efectos distorsionadores del comercio desleal.
Al armonizar las políticas comerciales, de inversión e industriales, Quesada enfatizó que la región del T-MEC puede garantizar que sus cadenas de suministro de acero se mantengan resilientes, competitivas y seguras, no de forma aislada, sino mediante la integración.
“Una industria siderúrgica norteamericana fuerte y coordinada es esencial no solo para defenderse de la elusión y el transbordo, sino también para reforzar los cimientos de la prosperidad regional y la seguridad nacional”, dijo Quesada.
Al mismo tiempo, agregó, se requiere definir condiciones equitativas para la defensa contra las importaciones desleales procedentes de terceros países. Esto garantiza que las importaciones de acero se realicen en las mismas condiciones en los tres países. De esta forma, se eliminarán las barreras interregionales, como los aranceles, y se permitirá operar en condiciones de libre mercado.
Un tercer pilar está en la alineación de las políticas comerciales. Esto significa que todas las partes actúan para evitar distorsiones del mercado. La industria siderúrgica norteamericana compite con empresas estatales asiáticas que generan capacidad ociosa y participan en los mercados internacionales de forma irregular.
“Hoy en día, el problema no se limita a la sobreproducción mundial de acero y al aumento masivo de las exportaciones chinas, sino que también incluye las inversiones extraterritoriales en los denominados países satélite”, indicó Quesada.
Por lo tanto, sugirió que la imposición de barreras comerciales para contrarrestar las prácticas desleales en el comercio internacional debe llevarse a cabo de forma conjunta, como socios comerciales.
Finalmente, propuso reforzar la coordinación aduanera regional con una aplicación estricta de la ley es también una medida estratégica. Su implementación requerirá el uso de tecnología robusta. Esto implica la digitalización completa del comercio de acero en toda la región.
Estados Unidos exporta 55% de su acero a México, sin restricciones, y México es su principal mercado de exportación.
- Las exportaciones estadounidenses de acero a México son productos terminados. Una gran parte son productos planos utilizados en el sector automotriz y otras industrias manufactureras de alto valor.
- Estados Unidos posee una participación de mercado de 15.7% en el consumo de acero en México y ha mantenido un superávit anual promedio de 1,700 millones de dólares en productos de acero.
- El 93% de las exportaciones de acero mexicano a Estados Unidos consiste en productos fundidos y colados en México. Un volumen significativo corresponde a productos semielaborados.
- México posee el 2.3% del mercado estadounidense en 2024 y menos del 1% en julio de 2025.
- La producción de acero en México y su exportación a Estados Unidos dependen de aproximadamente 30% de materias primas provenientes de Estados Unidos, como gas natural, chatarra metálica, entre otras.

