Sepa La Bola
Claudia Bolaños
La alcaldesa Gaby Osorio prometió “renovación”, “limpieza institucional” y una lucha frontal contra los vicios heredados. Sin embargo, en los pasillos de la demarcación comienza a escucharse del regreso de viejas prácticas que contrastan con el discurso oficial.
Ejemplo es la designación de personajes con denuncias formales ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México en áreas estratégicas no solo contradice ese compromiso, sino que revive una sombra de corrupción que Tlalpan no ha logrado sacudirse.
El caso más grave es el de Juan Pablo Tlaltempa Camacho, nombrado Director de Gobierno y Vía Pública. No se trata de rumores, se dice, sino de antecedentes graves y documentados: extorsión, robo y una denuncia vigente por abuso sexual.
Su nombre no es nuevo en el expediente. En 2021, según registros oficiales, fue exhibido por falsificar documentos oficiales para presionar a comerciantes de la vía pública y solicitar dinero a cambio de evitar supuestas sanciones administrativas. Aquel episodio derivó en decenas de denuncias de locatarios de San Miguel Xicalco y zonas aledañas.
De acuerdo con cifras de la entonces Dirección General de Gobierno, solo entre 2019 y 2021 se registraron más de 430 quejas relacionadas con actos de corrupción en la vía pública en Tlalpan, una de las áreas históricamente más sensibles y con mayor flujo económico informal.
Colocar ahora a Tlaltempa en la oficina que controla justamente ese sector es una decisión que desconcierta incluso a funcionarios internos. Más aún cuando la Ciudad de México cerró 2024 con 6,287 denuncias por delitos relacionados con corrupción de servidores públicos, un aumento del 18% respecto a 2022, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
En ese contexto, Tlalpan tendría que ser un ejemplo, no una excepción al compromiso anticorrupción.
Pero el problema no es un solo nombre. Distintas fuentes internas aseguran que la administración de Osorio ha optado por perfiles cuestionados para posiciones clave, privilegiando lealtades políticas sobre credenciales éticas. La pregunta es inevitable y cada vez más recurrente entre comerciantes, trabajadores y vecinos: ¿para formar parte del círculo de confianza de la alcaldesa es requisito enfrentar denuncias?
La transformación prometida no se acredita con discursos, sino con decisiones.
Y las decisiones que hoy se toman en Tlalpan parecen no ser las de la 4T: No mentir, no robar, no traicionar.
Y Sepa La Bola, pero mucho habrá detrás de la salida de Alejandro Gertz Manero de la FGR, que el tema no se trató con transparencia dando a especulaciones.

La presidenta Claudia Sheinbaum dijo en su mala a que no sabía de la renuncia del ahora ex fiscal que ya se había ventilado en medios de comunicación; pero ayer mismo lo nombró Embajador de México en Alemania.
Un oficio del propio Gertz a la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo, con fecha de este 27 de noviembre, le informa esa decisión presidencial.
Se sabe que Gertz Manero fue obligado a dejar el cargo luego de que se le pidiera su renuncia en más de una ocasión. Y todo indica que la filtración de la investigación en contra del dueño de Miss Universo, quien estaría ligado con la mafia, fue la gota que derramó el vaso.
La presencia del octagenario funcionario ya incomodaba, de tan autónomo que se sentía, sin hacer equipo que tanto gusta a este gobierno. La misma Sheinbaum le dio un raspón a su trabajo como fiscal, al decir en Palacio Nacional que su que era bueno su trabajo, pues no tenía la coordinación necesaria con las fiscalías estatales. ¡Zaz!
El tema debió ser tomado con pinzas por varios, sobre todo por Adán Augusto, operador de la separación de Gertz, ya que ha demostrado ser vengativo… y tiene mucha información en su poder.

