Por Víctor Barrera
El tema de la reducción de las horas laborales en el país es la próxima modificación constitucional que nuestros legisladores están por realizar.
Pero esta modificación puede afectar el crecimiento económico del país y las condiciones de vida de los mexicanos.
Porque para llevar a cabo la reducción de horas laborales, son necesario varios factores, no solo el tiempo. En estos regímenes de la 4T piensan que la felicidad es el trabajar menos, sin embargo, esto nos llevaría a bajar la productividad o elevar el precio final de los productos, lo que significaría que un trabajador tendría que redoblar sus horas laborales para obtener los ingresos suficientes para cubrir todas sus necesidades.
Así que el populismo de nuestros legisladores los hace pensar que sus decisiones ayudarán a México a obtener mejores posiciones en la economía mundial, producir los productos finales a costos bajos y tener una clase laboral tranquila con descansos suficientes para que sea feliz.
Esto es absolutamente solo una ilusión de un populismo trasnochado que no existe en ninguna parte del mundo. Algunos dirán que hay países donde las jornadas laborales no son tan “extenuantes” y que los trabajadores y la población en general viven tranquilos. La respuesta es que en esos países el grado de desarrollo tecnológico es mucho mayor al nuestro, pero esto hace a un lado la labor del trabajador eliminando algunos puestos de trabajo.
Pero deberemos concentrarnos en México, mirar la situación actual y partir de ahí para decidir lo que se va a realizar. Los legisladores han anunciado que será gradual la eliminación de horas de trabajo para que en el mediano plazo de llegue a solo 40 horas a la semana. Esto está decidido y así se hará. Sin consultas con los empresarios y el comercio del sector privado, que son quienes otorgan más del 80 de los empleos que se generan en el país.
Los legisladores, que poco han trabajado en sus vidas, no saben que cada empleo representa un costo y que este se suma al costo y precio final del producto, por lo que significa que reducir las horas laborales en nuestro país de entrada será disminuir las nóminas en las empresas, es decir un desempleo.
Si en este momento, y de acuerdo a las cifras del Inegi, algo que molesta a legisladores como a Ricardo Monreal, en su Encuesta de Ocupación y Empleo, en el mes de octubre del presente año, de una población total de 15 años o más hay un total de 104.7 millones de individuos, de estos 62.5 millones conforman la Población Económicamente Activa, a los cuales habría que agregar 3.3 millones que no están en esta condición pero que se espera cada año ingresan al sector laboral, sea por la edad principalmente y porque terminan sus preparación académica solamente están ocupados 60.9 millones lo que significa un déficit laboral.
Pero del total de las personas que tiene un empleo, 33.9 millones, que representa el 57. 7 por ciento, se encuentran en la informalidad, es decir no tienen acceso al sistema de seguridad social, a estos se suman 18 millones, que representan el 29.6 por ciento, trabajan en las microempresas, que tampoco tienen seguridad social, significa que el déficit laboral formal se aumenta.
Además, los empleos, en su mayoría, sea formal o informal. son generados por la iniciativa privada, es decir con capital de los mismos empresarios. Mientras que los generados por el gobierno son con recursos públicos, que salen de la recaudación fiscal. Si se eliminan empleos, se reduce la recaudación fiscal, por lo que el gobierno no podrá crear más empleos sin endeudarse. Por tanto, no se puede disminuir por solo por decreto las horas laborales sin contar con recursos suficientes para que el gobierno genere empleos.
Si se reduce el tiempo laboral, la productividad cae y esto impacta también en el nivel de recaudación, pero también en los incentivos de los empleadores para crear mayor número de espacios laborales. A esto se le llama costo laboral que utilizan los empresarios para abrir o no fuentes de empleo.
Mientras que en México no existan las condiciones, reales, para generar riqueza, donde las empresas puedan obtener recursos que cubran los costos laborales, será difícil que México escale posiciones importantes como una economía importante.
A esto deberemos sumarle otros factores como son los precios de los productos que presionaran a los trabajadores a buscar un doble empleo y con ello poder cubrir las necesidades personales, familiares y sociales. Es decir, tendrán que trabajar más.
No se trata de modificar leyes basadas en populismo, sino modificar leyes que empujen la creación de riqueza que disminuya la pobreza real del país, para luego pensar en ofrecer menor cantidad de horas laborales o menor cantidad de cobros de impuestos y garantizar un funcionamiento optimo de las empresas y comercios.
Ganar comicios con base en populismo puede lograrse en meses, pero sentenciar a millones de personas a vivir en la pobreza costará muchos años más para sacarlos de esa situación. Aunque se diga que ya salieron 13.4 millones de ella, en México la pobreza está presente.

