Sheinbaum revisará implicaciones de EU de designar al fentanilo como arma de destrucción masiva

Claudia Sheinbaum, afirmó este martes que el gobierno federal analizará a fondo las implicaciones legales y políticas de la decisión de Estados Unidos de catalogar al fentanilo como un arma de destrucción masiva, al tiempo que reiteró que la estrategia mexicana frente al consumo de drogas se basa en la atención a las causas y no únicamente en un enfoque punitivo.

En su conferencia de prensa, explicó que la medida anunciada por Washington tiene dos vertientes —una que debe convertirse en ley y otra vía decreto—, por lo que su administración revisa con detalle su alcance. 

No obstante, la presidenta dejó clara la postura de México: perseguir los delitos y la violencia asociada al tráfico de drogas es indispensable, pero insuficiente si no se atienden los factores que originan el consumo.

“Si no se atienden las causas será fentanilo u otra droga”, advirtió Sheinbaum, pues sreiteró que el problema está vinculado con la salud mental, el desapego social, la falta de oportunidades para jóvenes, así como con temas de familia, educación y valores.

La titular del Ejecutivo federal también alertó sobre las implicaciones que podría tener esta designación para el uso médico legal del fentanilo, empleado como anestésico, y subrayó la necesidad de distinguir claramente entre su uso clínico y el tráfico ilícito.

Sobre la posibilidad de que esta decisión reactive planteamientos de intervención militar de Estados Unidos en territorio mexicano, la presidenta señaló que “la soberanía y la territorialidad no están a discusión bajo ningún motivo”.

Por otro lado, Sheinbaum Pardo adelantó que la próxima semana se presentarán los resultados de una encuesta nacional sobre consumo de drogas elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública, como parte de la estrategia integral para enfrentar el problema desde una perspectiva de salud pública.

Durante el pasado 15 de diciembre, el gobierno estadounidense, mediante una orden ejecutiva, designó al fentanilo ilícito y a sus principales precursores químicos como Armas de Destrucción Masiva (ADM), al considerar que su producción, tráfico y posible uso representan una amenaza directa a la seguridad nacional estadounidense.

En el documento, la Casa Blanca indicó que tan sólo dos miligramos de fentanilo —una cantidad equivalente a entre 10 y 15 granos de sal— constituyen una dosis letal, y atribuyó a esta droga la muerte de cientos de miles de personas por sobredosis en aquel país. 

La orden subrayó que su fabricación y distribución están en manos de redes criminales organizadas, a las que vinculó con violencia armada, financiamiento de actividades terroristas y conflictos territoriales.