Por Víctor Barrera
Cuando se habla desde Palacio Nacional y se replica por cada militante y funcionario público que la consolidación de la 4T está ya presente están en lo cierto, porque esta es precisamente la hegemonía de Morena y la centralización del poder.
Todos pensábamos que la consolidación, sería precisamente dar un giro importante en la forma en la cual los anteriores regímenes habían gobernado y que se acabaría con la corrupción, violencia y una infinidad de problemas que a lo largo de la historia del México moderno se fueron acumulando.
Ahora que vemos que la consolidación significa permanencia en el poder, sin preocuparse por alcanzar el mejoramiento en la calidad de vida de los mexicanos, la ciudadanía empieza a inconformarse.
Porque el gobierno y su partido se han cerrado al diálogo e imponen muchas ocurrencias a favor de la hegemonía política y por supuesto tener todo el poder para conservarlo por décadas.
No se dan cuenta que esto podría ser un mal camino y que ante los altos niveles de inseguridad, violencia, corrupción e impunidad porque gobierno y Morena se mantienen cerrados porque saben que ahora en la gran mayoría de las ocasiones son juez y parte.
Sin embargo, los problemas vendrán más adelante porque al aumentar el poder también aumenta la ambición al interior de Morena y aliados donde los acuerdos internos empiezan a resquebrajarse y la hegemonía podría perderse.
Los acuerdos internos de Morena no miran los que deben otorgar a sus aliados PT y PVEM, quienes ya empiezan a pedir un gran pedazo del poder.
Si el gobierno y Morena sigue instalada en que la supremacía son ellos y ni siquiera sus aliados merecen algo de esto, entonces surgirán los mayores problemas. Las designaciones a las candidaturas de los comicios intermedios crearán una pequeña batalla fraterna que deberán salvar para evitar que la alianza llegue debilitada.
Y es que los problemas también saldrán a la luz cuando se realicen los cambios de funcionarios públicos, cuando lleguen los nuevos gobernadores que tendrán que lidiar con los problemas dejados por sus antecesores y en muchas ocasiones con la orden de cuidar las espaldas.
Porque saldrán problemas como la corrupción, impunidad y complicidades que los que salgan dejarán a sus sucesores, quienes deberán decidir si continúan en ese rumbo que los hundirá aún más o cortar de inmediato e imponer la ley y la justicia.
La impunidad será pues el entredicho d quienes salen con quienes entran y esta no podrá perdurar porque el castigo político podría llegar en el 2030 para Morena y sus aliados.
Porque a pesar de seguir insistiendo en el alto nivel de popularidad de quien está en el Poder Ejecutivo, la ciudadanía calificará el trabajo hecho y el que se dejó de hacer para emitir su voto porque se califica la gobernabilidad local y no nacional.
Porque si nos referimos a la encuestas, la popularidad del Ejecutivo es solo del 70 por ciento, pero el nivel de desaprobación por la corrupción e inseguridad es entre el 77 y 80 por ciento. Es decir, es popular Claudia Sheinbaum, pero su trabajo no es lo que la ciudadanía califica con más negativos.
Y esto es derivado de la labor de gobernadores, alcaldes, legisladores locales y federales y cada uno de los funcionarios públicos de esta administración. Porque la corrupción que fue el un elemento fundamental en el triunfo de López Obrador, ahora se puede convertir en el factor de castigo en los comicios intermedios.
Ni López Obrador ni Claudia Sheinbaum han logrado la percepción de la gente de que la corrupción persiste y aún más se ha incrementado, porque todos los días nos enteramos de actos ilícitos que son desdeñados si proviene de morenistas o aliados y esto empieza a aparecer en el descontento de la población.
Porque estos problemas de corrupción no se han podido aclarar y sancionar porque no existen los organismos que permitían tener transparencia ante los actos de los servidores públicos. Y esto quedó demostrado en el conflicto recientemente ocurrido en el congreso del a CDMX, derivado de la desaparición del organismo de transparencia en la capital del país.
Y los ocurridos en Sonora que también en acciones rápidas se desapareció este organismo en la entidad o la decisión de otorgar notarias con carácter político y no por legalidad en Zacatecas.
Estos actos ponen a Morena y aliados en ser lo que insisten en negar ser, de convertirse en cómplices de actos ilícitos que tarde o temprano serán cobrados por la ciudadanía porque esta es la más afectada.

