El 2025, primer año completo con Claudia Sheinbaum Pardo al frente del gobierno federal, será el año en que la deuda pública alcance su mayor proporción respecto al tamaño de la economía mexicana.
De acuerdo con el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), el indicador más amplio de la deuda pública, el nivel proyectado para el cierre de 2025 no tiene precedente.
Ni los gobiernos del PAN, ni los del PRI, ni siquiera el sexenio completo de Andrés Manuel López Obrador llevaron el endeudamiento a una proporción tan alta del PIB, aun cuando la tendencia ya era claramente ascendente.
Según la Secretaría de Hacienda, en su Informe de Finanzas Públicas y Deuda Pública a octubre de 2025, la deuda del país cerrará el año en 53.6% del Producto Interno Bruto. Con 2025 también se consolida una trayectoria de crecimiento sostenido del endeudamiento público.
En 2019, primer año del gobierno de López Obrador, la deuda representaba 43.3% del PIB. Para 2025, el aumento acumulado es de 10 puntos porcentuales, una expansión significativa en apenas seis años.
Si se retrocede en los sexenios anteriores, también se pueden ver los cambios de la deuda.
En 2013, primer año del priísta Enrique Peña Nieto, la deuda equivalía a 38.4% del PIB. Durante el primer año del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, del PAN, se ubicaba en 27.5% del PIB en 2007.
Mientras que en 2001, al inicio del sexenio de Vicente Fox Quesada, era de 29.4% del PIB con el panista.
De acuerdo con análisis de distintos centros especializados, entre ellos Banamex y el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), el cierre de 2025 y el panorama para 2026 deberían encender focos de alerta.
La razón es clara: el margen fiscal del país se está reduciendo, lo que implica que cada vez se destinarán más recursos al pago de la deuda y menos a la inversión, limitando la capacidad del Estado para impulsar crecimiento, infraestructura y desarrollo económico en los próximos años.

