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Evitar despilfarro de recursos, principal elemento para encaminar un crecimiento sostenible

Por Víctor Barrera

Esta administración federal tuvo por lo menos los dos primeros años para establecer una estrategia de financiamiento, como que  en estos días se dio a conocer y que esta planeada para  sostener un crecimiento económico de México hasta el 2030.

Para ello es necesario  obtener  15 billones de pesos que permitirían cumplir las metas de desarrollo sostenible en México, en proyectos productivos y programas.

Sin embargo a lo largo de estos cinco años,  esta administración hizo todo lo contrario, despilfarro grandes cantidades de dinero  para construir sus mega obras, y aun falta aplicar  otras enormes cantidades de dinero para terminarlas y esperar que la utilidad publica empiece a darse a partir de la segunda mitad del próximo sexenio.

Los recursos utilizados  fueron tomados de fondos y fideicomisos que se habían creado para  brindar apoyo a diversos sectores de la población que por alguna causa  su vulnerabilidad se acentuaba.

Al ocupar los recursos,  se acelero la vulnerabilidad de estos grupos ocasionando  más probemos para  la población, como  falta de abasto de medicamentos, algunos de los llamados controlados para enfermedades “catastróficas”, también se eliminaron albergues para proteger a mujeres violentadas, se eliminaron alimentos en escuelas de tiempo completo para niños  y niñas de las mismas, se eliminaron los desayunos que se otorgaban para complementar la alimentación de estos niños.

Apoyos para el fortalecimiento de productores agropecuarios fueron eliminados, lo que  disminuyo la productividad.

Se eliminaron programa encausados al fortalecimiento y financiamiento de medianas empresas y los llamados Bancos de Desarrollos limitaron los recursos de financiamiento.

Se destruyo el Seguro Popular  dejando como resultados  cerca de 32 millones de mexicanos sin acceso a su derecho a recibir servicios para mejorar su salud.

A cambio de además de la construcción de las mega obras, se subsidiaron a las llamadas empresas productivas del país, Pemex y CFE, para que estas  lograran sanear sus finanzas, algo que no se ha conseguido y se siguen destinando recurso para ello.

Ahora ya cerca de concluir este sexenio se presenta esta estrategia  que será difícil de cumplimentar si no se ofrece certidumbre jurídica y seguridad publica  para los inversionistas.

Se debe destacar que esta estrategia, que no es  mala, tuvo que haberse presentado anteriormente, para establecer también objetivos de crecimiento que permitieran  fundamentar el aval del gobierno para cumplir con  compromisos de pago.

Esta estrategia, se suma a la petición de aumentar el déficit fiscal que implica  contratar deuda por más de 2 billones de pesos.

Todo esto compromete a las autoridades federales a establecer objetivos de crecimiento por encima  del 5 o 6 por ciento para alcanzar en el 2030 cifras de dos dígitos.

Pero si en los próximos años  logramos romper el techo del 5 por ciento del crecimiento, esto permitirá a México lograr crecimientos sostenibles, siempre y cuando el gasto a realizar este enfocado a seguir creando riqueza y no solo a despilfarrar  dinero.

Algo que es cierto es que Hacienda ha logrado 10 emisiones de bonos sustentables. Que tiene vencimiento a largo plazo, lo que implica que al llegar a su término de pago de esas emisiones si México no alcanza crecimientos sustentables, seguirán comprometidas las finanzas públicas  nacionales.

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