Por Víctor Barrera

México ya aguanto seis años, de un mandato que desde el inicio fue calculado  con un objetivo de mantener una influencia en doce años.

La estrategia implementada por el inquilino de Palacio Nacional,  se baso en  un populismo que lo mantuviera con una popularidad alta y con ello, cualquier cosa que realizará sería aplaudida por la población.

Sin embargo, la enorme cantidad de malas decisiones, han hecho  que una gran mayoría de población, que antes  apoyaba a la autollamada 4T, muestre arrepentimiento  y muy probablemente no  vote por la continuidad, Esto, es lo pone nerviosos y de malas  al  macuspano, que aprovechara hasta el ultimo minuto de su administración para seguir  dirigiendo la campaña política de su candidata y tratar de concretar su objetivo, la continuidad e influencia de su persona sobre quine asuma la presidencia

A lo largo de estos cinco años, la estrategia política para mantener la continuidad estuvo basado en la centralización del poder en una sola persona,  apoyada por la participación del poder legislativo.  Esto por supuesto que dio resultados durante la primera mitad de su mandato, pero a partir de la segunda parte, la falta de resultados y la acentuación de muchos de los problemas existentes en México, han hecho que la clase media, aquellos que insulta el inquilino de Palacio Nacional, al llamarles, fifis, derechosos, conservadores aspiracionistas y hasta traidores, manifiesten su enojo, porque ha sido la clase  social más golpeada por este régimen.

Pero también, la clase baja, de los pobres, se ha sentido desilusionada porque a pesar de percibir algunos programas sociales, su calidad de vida y movilización social es casi nula y siguen viviendo en la pobreza.

Ante esto la  irritación del tabasqueño vuelve a sentirse desde sus conferencias de cada mañana, porque empieza ha comprender que su movimiento y sus candidatos  no han obtenido la simpatía y confianza de los ciudadanos. También  empieza a reconocer  que  sus candidatas para la CDMX, Clara Brugada, para Veracruz, Rocío Nahle y para la presidencial Claudia Sheinbaum, se han quedado cortas  en sus expectativas y que en otros estados en disputa, son los gobernadores actuales quienes  por sus actos aumentan más la preocupación del tabasqueño.

Los probables triunfos de la oposición en siete estados en juego y en la mayoría de los congresos locales,  significaría el más duro golpe al ego del tabasqueño, y  deberemos reconocer que no sabe perder, por lo que de ganar Xóchitl Gálvez los comicios  presidenciales, Santiago Taboada en la CMX, José Yunes en Veracruz  deberemos esperar conflictos electorales y actividades como las que el tabasqueño realizo en 2006 al cerrar un parte importante de Paseo de la reforma.

Pero todo esto se puede evitar, si los ciudadanos  salimos a votar y a ejercer el derecho para  que seamos los ciudadanos y nadie más quien elija el rumbo que deberá tomar México en búsqueda de una mejor calidad de vida  para todos y no solo para unos cuantos