Por Víctor Barrera
La reacción de los mercados financieros mexicanos, no fue respuesta al triunfo de Claudia Sheinbaum a la presidencia de la república, sino al “carro completo” que se presenta en el Congreso de la Unión, donde las leyes se crean y modifican de acuerdo a las decisiones de un grupo político.
Los inversionistas entendieron que una mujer asumiría el poder en el país, pero no estaban seguros que todo una ideología obtuviera una mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, esto debe ser un foco de atención para Sheinbaum Pardo quien deberá poner atención en la estrategia que ofrecerá a los inversionistas, nacionales y extranjeros, para que mantengan y aumenten sus capitales en el país.
Esto significa que las órdenes que dé Claudia Sheinbaum en cuanto al trato a la iniciativa privada vayan en el sentido correcto y que las reformas de ley no sean específicamente para centralizar aun más el poder.
Los inversionistas han visto como positivo que se mantenga en su puesto Rogelio Ramírez de la O, al frente de Hacienda, y que su equipo continué, no porque sean los mejores, sino son quienes crearon la estrategia hacendaría para este 2024 que nos dejará con un déficit fiscal de alrededor del 5 por ciento con relación al Producto Interno Bruto.
Esto es, este equipo tiene también la solución para contrarrestar el déficit fiscal y estabilizar las finanzas públicas para el 2025 y 2026.
Esto podría ser un buen punto de partida para que el nuevo régimen inicie con cierto grado de confianza que aun se mantiene tambaleando, en espera de alguna ocurrencia del inquilino de Palacio Nacional en sus últimos 117 días al frente del poder Ejecutivo.
Claudia Sheinbaum, también deberá entender que los contrapesos son esenciales en una democracia y si eventualmente se rompen con un rotundo éxito electoral, lo que hace falta para no destruir la confianza en un país es saber que esa gran responsabilidad del poder Legislativo absoluto recae en un demócrata.
Por ahora los contrapesos están rotos, y los mercados financieros los señalaron por tanto se debe empezar con abrir el dialogo y evitar caer en una política autoritaria del congreso de La Unión o del poder Ejecutivo.